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viernes, 12 de agosto de 2016

Capitulo 14


¡Hoy os traigo el capítulo 14!

Hoy me entretengo mucho y os dejo el siguiente capítulo, siento la tardanza y espero contestar comentarios y correos muy pronto. ¡Espero que lo disfrutéis! Siento si hay faltas, ha sido con prisas, pero quería dejaros algo por aquí que hacía mucho que no aparecía.

De nuevo, os copio lo que digo en todos los capitulos. Os sigo invitando a participar enviando vuestra portada para el PDF de LJDH continúan, y como siempre, daros las gracias por vuestros 'likes' en facebook, los seguidores de twitter, y los votos en wattpad. Y recordad que os encontraré si tuiteais con #LJDHcontinuan y otras muchas. ¡Ayúdanos a dar a conocer el blog! Toda ayuda es bienvenida.






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Siento como el ambiente es frío y húmedo, tengo los ojos cerrados pero respiro un aroma de frescor y limpieza, aire puro. Distingo a la perfección esa sensación. Muevo los pies que se encuentran en la superficie sobre la que estoy situada. Noto como la hierba tiene aún algunas gotas de la lluvia de por la mañana, el sol acaricia mi piel  proporcionándome algo de calor. Me muevo con los ojos aún cerrados, sintiendo como debajo de mis pies se hacen las siluetas perfectas de mis huellas en la fresca hierba, dejando atrás un rastro de mi presencia sin preocupación ninguna por si alguien lo descubre. Me adentro, en lo que supongo que es un hermoso bosque, tan hermoso como el de mi distrito. Aprecio cada sonido que me regala la naturaleza, cada olor que desprende en sí misma, el aroma de las diferentes flores, el sonido del agua del rio correr, los pájaros cantando…. decido abrir los ojos para disfrutar  del paseo.  
<<¿Qué hago aquí?>> mi inquietante pregunta hace que me planteé como he llegado hasta el maravilloso paisaje que me rodea. No sé cómo he acabado en este lugar, no tengo conocimientos sobre nada que haya ocurrido anteriormente a esto.
Abro los ojos y la sensación de paz y tranquilidad que habitaba en mí se desvanece, los hermosos paisajes que me había imaginado al escuchar y sentir mí alrededor ya no están. En cambio, encuentro una imagen sobrecogedora de lo que podría ser una pesadilla. Un olor a quemado se adentra en mis pulmones al igual que el humo, haciendo que respire con dificultad. Veo mi distrito en llamas, animales huyendo del fuego, algo me agarra del pie. No puedo liberarme de la mano del cadáver de una joven chica que se sujeta como si yo fuese la vida y se aferra a ella. Al conseguir desprenderme corro como si solo existiese una dirección, a trompicones y cayendo en alguna ocasión. Todavía desconcertada intento llegar hasta mi casa. En el camino numerosas personas fallecidas, sus rostros muestran una horrible escena que me deja el cuerpo frío y con una sensación de vacío. Al terminar la calle principal giro hacia la derecha donde tropiezo con el brazo alargado de una chica que sujeta lo que parece ser la mano de su hermano pequeño. Abrumada por lo que ven mis ojos salgo corriendo, las lágrimas saltan de mis ojos mientras mi corazón se encoge más y más. El agobio crece en mí, asfixiándome. El humo sigue entrando en mis pulmones lo que provoca que me ahogue. Una falta de aire hace que tenga que parar, al hacerlo caigo de rodillas e intento recobrar el aliento. A la par intent recomponer las piezas de este rompecabezas en el cual ninguna encaja.
<<¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está…?>>
Mi casa, me pongo de pie de inmediato y corro en dirección a lo que era mi hogar. En el camino las dudas me comen por dentro, intento no pensar en las llamas devorando aquel lugar donde crecí, intento alejar de mí cualquier pensamiento en el que mi familia se haya visto perjudicada, intento aferrarme a un foco de esperanza de que mis seres queridos están bien.
Estoy llegando, no falta mucho.
De repente me doy cuenta de que he sido guiada por mi instinto, pero ni siquiera sé si voy en la dirección correcta. No recuerdo mi casa, no recuerdo mi vida. Una silueta está en el final de la calle, debido al humo no visualizo bien de qué persona se trata. Sigo mi camino, ignorando la falta de aire e intentando acelerar mi paso. Por fin aprecio mejor al joven muchacho de cabello rubio que se encuentra  de mí, un haz de luz ante tal devastadora situación. Sus ojos color mar hacen que sienta seguridad y confianza, no le conozco, pero aprecio cierta familiaridad en su mirada.
-Lo siento Amy…
Mientras me pide disculpas por algo que aún desconozco gira su cabeza, dirige su mirada hacia atrás y permanece en silencio. Temerosa por lo que pueda encontrar avanzo con un paso vacilante, entonces lo veo. Un niño pequeño, rubio y de piel blanca, agarrado de la mano de sus padres. Él es rubio y ella morena, están tapados por las cenizas que ha provocado el incendio pero se aprecia aún parte de sus cabellos. Su expresividad ha sido grabada como si se tratase de una escultura aterradora. Siento como si arrancasen una parte de mí y la llevasen lejos. No sé quiénes son estas personas pero no puedo avanzar ahora. Me tiemblan las piernas, por no decir todo el cuerpo. Me destroza lenta y amargamente por dentro la situación en la que me encuentro, me desmorono,  soy como un edificio antiguo sin cimientos que se derriba en un momento. Un grito ahogado sale de mí y siento como si el corazón se me quedase pequeño, me aterra la imagen que ahora no sale de mi cabeza. Me ahogo entre el humo y mis lágrimas pensando que jamás volveré a verles. Me pregunto por qué me afecta tanto la pérdida de estas personas si no les conozco, no sé quiénes son. No puedo reaccionar, no sé qué viene a continuación ni como ha pasado todo. Vuelvo a observarles, es una familia, el incendio les debió pillar de improviso. Me ahogo en la idea de no saber qué ha ocurrido, de no recordar nada.
<<¿Quién soy?>>
Me giro buscando la mirada de aquel joven que parecía conocerme, pero ya no está. Me digo a mi misma que debo salir de allí así que me alejo. En las grandes y negras verjas está él de nuevo. Solo veo su silueta, que gira al verme y sigue avanzando. Le persigo, en busca de respuestas, continua por las calles que antes estarían llenas de vida, ahora simplemente dejas atrás cuerpos y huesos calcinados. Edificios arrasados, vidas destruidas, soledad. Gira una vez más, no sé hacia donde nos dirigimos, avanzo mi paso impaciente y al llegar hasta él agarro su brazo tirando del joven hacia mí. Al girarse ya no encuentro sus ojos azules en los que esperaba hallar consuelo, si no unos ojos cosidos que hacen que grite aterrorizada.
-Aún no es tarde Amy, tienes que seguir luchando.

Desperté de golpe, gritando, mi frente estaba sudorosa. Me encontraba en una habitación con una cegadora luz que me dejó impactada e incluso cegada durante unos segundos, apreciaba olores como alcohol, desinfectante y en algún lugar de aquella blanca y ordenada sala una máquina emitía pitidos constantes y agudos, me aventuro a decir que resultaban irritantes. Mi primer instinto fue moverme, pero un fuerte pinchazo me lo impidió. Al bajar la mirada hallé una vía intravenosa que colgaba de mi brazo hasta unas bolsas con un líquido que desconocía. Mi impulso fue arrancarlas, y así lo hice. Para mi desgracia no era ni mucho menos como había imaginado, lo hice rápido pensando que dolería menos pero aún así no resulto agradable.
En respuesta a mi poca inteligente acción apareció una mujer ordenando que me quedase quita. Parecía tener un carácter serio, no dudé en hacer caso a sus palabras. Su aspecto era completamente desconocido para mí. De unos 40 años de edad, vestía con una bata blanca y muy formal. Dejó en una mesilla una carpeta con papeles que llevaba en la mano y se apresuró a colocar de nuevo mi vía. Hizo una mueca para que me quedase callada y quieta, capté rápido su mensaje. Con paso ágil se dirigió hacia la máquina donde parecía programar algo que probablemente no entendiese ni aunque se molestara en explicármelo. Era realmente guapa, con una piel tersa, se podría decir que perfecta y el cabello recogido lo que provocaba que sus ojos fuesen el centro de atención de su rostro. Se aproximó a mí, me aparté vacilante pero agarro mi cara con fuerza, lo suficiente para sujetarme pero no tanto como para provocarme daño. Me apuntó a los ojos con unas linternas y tras unas pruebas me miró sonriente, su aspecto de autoridad cambió radicalmente hacia una acogedora y segura actitud.
-Después de la última vez aún tienes ganas de levantarte – continuó hablando mientras observaba los líquidos de las bolsas- tienes que aprender a controlar esa fea costumbre de quitarte las vías, la última vez te hiciste un hematoma.
Observo mi brazo, una mancha morada se encuentra en el pliegue del mismo. No recuerdo haberme hecho nada. Ni siquiera tengo noción de haber estado antes en esta sala. Cierro los ojos e intento recordar qué ha podido ocurrir. Tan sólo oscuridad, no soy capaz de recomponer ningún hecho en mi cabeza.

-¿Dónde estoy?
-Parece que hoy te has despertado más calmada, incluso bromista. Eso es bueno Amy, estoy segura de que te ayudará a afrontar mejor la situación- la mujer de bata blanca sigue sonriéndome, su trato es amable pero profesional. Se ha dirigido a mi como Amy, me llamo Amy, aún me siento desorientada- has perdido mucha sangre, es normal que estés cansada. Finnick pidió que le avisásemos al despertar, quiso estar aquí pero le solicitaron para una misión y tuvo que dejar la habitación. A pesar de ello ha venido todos los días.
-¿Todos los días? ¿Cuánto llevo aquí?
-No te preocupes por eso ahora, es normal que estés desorientada, lo normal es que te encuentres fuera de lugar durante un tiempo pero pronto volverás a estar en perfectas condiciones  y te pondrán al corriente de lo ocurrido. Hay mucho por hacer, esto solo acaba de empezar. Sabemos por todo lo que habéis pasado pero aún os necesitamos.
-¿Se refiere al incendio? ¿Estoy aquí por eso?
-Amy, estás aquí por tu herida, te desmayaste cuando se abrió y comenzaste a perder grandes cantidades de sangre- se extraña ante mi pregunta, lo sé porque ha fruncido el ceño como acto reflejo a mis palabras. Ella señala un punto en concreto y me aventuro a mirarlo, una cicatriz sobre mi piel de aspecto reciente. No lo recuerdo, debí caerme mientras huía de aquel chico- no ha habido ningún incendio.

En ese momento se abre la puerta y entra un hombre con un chico más joven. Ambos se aventuran con entusiasmo, se acercan a mi cama ágiles y con gran emoción. Espero ver rostros conocidos que me hagan sentirme segura de lo que ocurre pero les reconozco, ni siquiera cuando están a mi lado. Su expresión cambia al ver que no reacciono como ellos esperaban. De repente siento como si una aguja de gran tamaño atravesase mi cabeza y posteriormente millones de agujas se introdujesen en la misma de manera más lenta. Una presión se apodera de mí provocando un dolor insoportable, indescriptible, desagradable y eterno.
Una voz fuerte resuena en mi cabeza, una luz cegadora me invade y millones de recuerdos de la terrorífica pesadilla estallan en pedazos, recomponiéndose en una serie de imágenes que pasan a cámara rápida por mi mente. <<Lo siento Amy>>.
Miro de nuevo a un lado, es el joven de mis visiones, pero tiene de nuevo sus ojos color mar. Él me decía que lo sentía, pero ¿por qué?. Su nombre debe ser Finnick, al que se refería la doctora, es el rostro que me resulta más familiar aunque el otro hombre también me recuerda a alguien. He debido haber soñado aquello que ocurrió, pero de ser un sueño, ¿por qué aún no recuerdo nada? Estoy desconcertada, siento como si perteneciese a este lugar y a la vez estoy alejada de él. Parece que todo el mundo me conoce pero yo no soy capaz ni de aclarar la idea de quién soy yo misma. No recuerdo como me hice la herida, ni quiera sé cómo he terminado ingresada. Es hora de que me aclaren mis dudas, así que me armo de valor para preguntar lo que para ellos es obvio.


-No se quienes sois. No sé qué hago aquí. Lo único que recuerdo son unas extrañas visiones que tuve antes de despertarme, creía que era la realidad pero ahora comprendo que no. Necesito que me aclaréis que está ocurriendo aquí, me siento completamente perdida.

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