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viernes, 31 de agosto de 2012

Relato 22

Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 21! Después de bastante tiempo vuelvo a publicar, he conseguido un  rato para este capítulo que creo que os va a gustar mucho. Siento no haber publicado antes y os pido perdón por tener el blog así de abandonado pero es lo que tienen las vacaciones, hago lo que puedo :S Esta muy interesante y tal vez ahora en la Arena empiezan a dar vuelta las cosas, ahora todo está en el tablero, nuestros tributos llevan varios días en la Arena. ¿Va a empezar a intervenir el Capitolio o se mantendrá al margen haber que sucede? ¿Ocurrirá algo que cambie totalmente la rutina de la tributo del distrito 12? Espero que os guste el capitulo tan esperado tributos aunque es un poco corto J

P.D: tengo un problema con las letras y los tamaños... se cambian solos



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Me despierto con el canto de los pájaros, diferentes pájaros a mi alrededor crean una música que en otra situación habría disfrutado escuchando. Muevo la cabeza e intento abrir los ojos. Lo primero que veo es como los árboles y todo el bosque que hay alrededor dan vueltas. Me encuentro algo mareada, cierro los ojos de nuevo y una sensación de lejanía entra en mi mente, apartándome de todo lo que hay a mi alrededor, alejándome de este mundo.
No se cuanto he dormido desde que abrí los ojos por primera vez pero el sol esta mucho más bajo. Tardo un poco en reaccionar y siento una punzada intensa en la cabeza. Me llevo las manos a la cara y me froto los ojos, una vez que estoy despejada intento mover las piernas, estas tardan en responder y aunque lo hacen con dificultad pero, cuando ha pasado un rato, responden. Cojo mi chaleco que se encuentra en el suelo al igual que mi mochila y me lo pongo por encima. Me cuesta ponerme de pie pero tras varios intentos, poco a poco, lo consigo apoyándome en un árbol, compruebo que no hay nadie en la zona antes de salir y cuando estoy segura me dirijo a donde puse las trampas. Por el camino descubro que estoy algo torpe, mis piernas a veces fallan e incluso se cruzan entre sí. Al caminar voy mejorando, como si estuviese aprendiendo a andar, cuando llevo un rato caminando mis piernas responden perfectamente. Tardo unos cinco minutos en llegar.  Estoy sedienta asique saco el botellín y bebo un poco. Aproximadamente serán las siete o las ocho, después de la niebla debí quedarme inconsciente o dormida. Es una sensación terrible, no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. Todavía me duele la cabeza y siento punzadas en las piernas. Retiro los matorrales para comprobar a ver si he cazado algo y me desilusiono porque no hay nada en la trampa. Tal vez no haya sido un buen lugar donde ponerla. La recojo y la guardo en la mochila con las batatas. Este día no está siendo muy bueno aunque empezó bastante bien. Ahora mismo solo pienso en negativo, todavía estoy algo aturdida de la niebla y de vez en cuando me mareo un poco. Seguida voy a la siguiente trampa con un poco mas de esperanza y encuentro un conejo. Supongo que no es mucho pero me vale. Teniendo en cuenta que también he recolectado batatas tal vez no haya sido un día del todo perdido. Guardo la presa en la mochila que ya ha alcanzado un peso bastante importante. Cargo con ella en la espalda y decido ir a la cueva. Camino con facilidad puesto que no me cuesta tanto como cuando abrí los ojos. La verdad es que no estoy prestando mucha atención al bosque, si un tributo anduviese cerca puede que ni me diese cuenta, lo que en parte es muy peligroso pero en mi estado lo único que pienso es en llegar al refugio. Mientras me dirijo a la cueva veo una especie de ave en el suelo, no distingo muy bien lo que es pero no dudo en lanzarle el cuchillo. Tal vez mis piernas me fallen un poco pero los brazos siguen igual que siempre, me acerco a ver mi prisa y es irreconocible. Parece un pavo pero es algo más pequeño, lo dejo en un ave salvaje porque no se qué nombre tiene este bicho. Orgullosa limpio mi cuchillo y cargo mi nueva presa a la espalda. Estoy más satisfecha de antes porque tenemos bastantes provisiones. Seguro que mis padres están aliviados, me han visto pasar un mal rato pero ahora tengo algunas recompensas, me gustaría saber que piensa el Capitolio al respecto. Ni siquiera su niebla ha acabado conmigo, deben estar molestos y eso podría ponerme en peligro porque ahora no dudaran en poner más peligros en la Arena. La chica que murió en la niebla me da una ventaja, si no hubiese muertes en un día estoy segura que pensarían alguna manera para juntarnos en una nueva batalla de sangre. De repente noto una punzada aun más grande en la pierna. Me subo el pantalón para comprobar que me pasa y descubro que tengo una mancha de sangre enorme. Limpio un poco la zona con agua para ver qué es y veo una raja profunda que deja ver la carne al rojo vivo. No sé cuando me la he hecho ni con qué pero duele cada vez más. Siento pinchazos en la pierna, me mareo un poco. Tengo que cerrar un poco los ojos y apoyarme en un árbol mientras se me pasa. Vuelvo a abrir los ojos, entonces lo veo claro, recuerdo cuando tropecé. Tropecé porque me clavaron un cuchillo, tenía tanta prisa por escapar de la niebla que no preste suficiente atención. Cuando me libere me agarro con la otra mano, recuerdo la cara de desesperación de la tributo. Me siento culpable por no haberla ayudado pero sé que no podría haber hecho nada para evitarlo. O moría ella o moríamos las dos. De nuevo cargo a mi espalda todo lo que llevo y avanzo con un dolor que se hace cada vez más insoportable. La Arena no solo te destroza por fuera sino que también lo hace por dentro, con la muerte de cada tributo. Llego a la cueva al rato y con algo de alivio retiro las ramas y los matorrales que la ocultan. Estoy demasiado cansada, cansada por el día que llevo, cansado por todo lo que ha pasado en estos días, cansada de lo que está haciendo el Capitolio. Cansada de este infierno en el que me han encerrado. Solo quiero tumbarme a descansar pero por lo visto el día de hoy está lleno de sorpresas.

Solo quiero tumbarme a descansar pero por lo visto el día de hoy está lleno de sorpresas.
-Pensé que ya no volverías, pero siempre tu vuelves – una voz dulce y masculina que proviene del interior de la cueva resuena en mi cabeza, la voz proviene de alguien a quien le cuesta hablar pero aún así es la voz inconfundible, burlona y seductora de Finnick.