Seguidores

jueves, 10 de enero de 2013

Relato 43


Hola lectores!

Hoy os traigo el capitulo 43!

Menudo día, no sé ni cómo he sacado tiempo para publicar. (Voy con prisas, no está repasado sino según lo escribí por lo que si hay fallos o está algo mal, lo siento) Bueno, creo que el capítulo de hoy es bastante interesante sobre todo al final pero supongo que ya opinaréis vosotros. Como os dije empiezan los capítulos de Enero….

Y como hoy es el cumpleaños de una escritora que me encanta, @Always_Almi (deberíais visitar su blog) le dedico con todo mi cariño este capítulo, un saludo enorme. Disfruta mucho de tu día y que lo pases rodeada de la gente que quieres.

Muchas gracias a todos los lectores de nuevo, porque sois increíbles y con cada comentario, correo, tweet… me sacáis muchas sonrisas y os aseguro que me dejáis cada vez más sorprendida cuando veo lo que me escribís.

Espero que os guste el capitulo, estoy impaciente por saber vuestras opiniones de este capítulo y de los que vienen :)

Por cierto, voy a desaparecer unos días pero tengo una entrada programada para que se publique sola con el video que hizo una tributo para el blog, algunas imágenes del rodaje de CF que seguramente hayáis visto pero bueno y algunos avisos.

¡Espero vuestra opinión!

Besitos de parte de vuestra escritora 


***


Nos sentamos alrededor de las brasas que Finnick utilizó para cocinar, el calor que sale de ellas es reconfortante, creo que hoy hace más frio que otros días y la humedad de la cueva no ayuda mucho. Todos estamos hambrientos, desgarramos los trozos de carne y los repartimos entre nosotros. Tengo que decir que a pesar de estar acostumbrada a las comidas que hacían en casa, lo que tengo entre las manos está bastante bueno. Sonrío con nostalgia al pensar que estaría mejor con un poco de pan del que horneaba cada día mi padre, pero supongo que jamás volveré a probarlo.

Finnick intenta animar un poco la cena, le dice a Gale que él conoce muchas historias que su madre le contaba de pequeño. Veo un destello en su mirada cuando menciona a su madre, tal vez algo de orgullo por ella pero sobre todo tristeza, me pregunto si tendré la misma mirada cuando pienso en mis padres. Mi hermano sonríe y con brillo en los ojos le pide que si le cuenta alguna. Me río porque sé que ahora no va a dejarle ni un segundo, pero Finnick parece encantado y le promete que cada noche le contará una historia para que se duerma. No puedo evitar pensar que Finnick sería un buen hermano mayor, por lo menos con Gale lo sería.

Acabo mi trozo y despejo mi mente para evitar pensar durante al menos lo que queda de día. Necesito estar distraída. Limpio la grasa de mis manos con algo de agua de uno de los botellines y bebo un poco. Seguidamente se lo paso a Finnick que hace lo mismo, y además le lava a Gale sus pequeñas manos. Veo que no ha sobrado nada así que hoy no guardaremos provisiones, intento no pensarlo pero cada vez tenemos menos.

El himno del Capitolio está sonando, Finnick se asoma a ver las caras de los tributos muertos. Yo me encargo de hacer que Gale se beba todo el agua que queda. Salgo a rellenar los botellines como cada noche, Gale me acompaña. Lo primero dejo todos en el suelo y empiezo a lavar a Gale entero, sobre todo la cara. A Gale le encanta jugar debajo de la lluvia y como no para quieto me cuesta lavarle. Después cojo un botellín del suelo y utilizo la hoja de siempre para que el agua escurra y caiga dentro del botellín, se lo doy a Gale y se lo acaba. La hoja está un poco lejos de la cueva y hay que andar pero tampoco es un camino muy largo asique no me da miedo que vaya solo. Utilizamos esas hojas por dos razones, la primera, es la forma más rápida para beber y llenar los botellines, la segunda, desde aquí no se ve la cueva, si un tributo nos encuentra es imposible que se imagine cual es nuestro refugio. Repito una vez más la acción con dos botellines cuando están llenos le mando a Gale a dentro para que se los de a Finnick, uno para beber y otro por si quiere lavarse. Relleno los que quedan, primero uno y cuando voy por el segundo una figura aparece detrás de mí. Me agarra por la cintura y me pone la mano en la boca. La última vez que alguien me hizo eso fue William pero esta vez no es él. Will murió. Él murió por mí.

La persona que hay detrás de mí agarra el botellín que tengo y lo tira al suelo. Intento soltarme y le doy un codazo tan fuerte como puedo en el estómago pero no parece que le haya hecho nada porque en seguida suelta mi cintura y con esa mano agarra mis dos muñecas apretándolas con fuerza. Un ligero pinchazo recorre mi brazo, siento como si la electricidad pasase por este y se extendiese por el resto de mi cuerpo. Intento soltarme, con el agua consigo resbalar un poco mis muñecas sin conseguir liberarme. Sin previo aviso el miedo invade mi cuerpo, lo recorre entero, como si fuese la sangre de mis venas. Intento que mi respiración siga su ritmo habitual pero soy incapaz de conseguirlo. Una lágrima cae por mi rostro confundiéndose con las gotas de agua que lo mojan. Siento el temor, no quiero morir. Pensé en mi muerte, en cómo sería pero en este momento soy incapaz de pensar que podría morir. Tendría que tenerlo asumido, estoy en la Arena, pero supongo que es algo que los tributos nunca podremos asimilar.

Comienzo a respirar con dificultad debido a la ola de temor que me invade. Cierro los ojos con miedo, esperando a que acabe pronto. Los recuerdos, las imágenes me vienen a la cabeza, las personas que más quiero, las preguntas, pero todo se vuelve oscuro y se va, dejando mi mente tranquila, esperando la muerte.