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sábado, 27 de junio de 2015

Capítulo 9


¡Hoy os traigo el capítulo 9!

Si estáis leyendo esto, es porque no habéis abandonado el blog, que es poco probable. Tengo que decir que soy un desastre. Pero bueno, os traigo un pequeño capitulo, ya he respondido a la entrevista de gmail de una de las seguidores y al resto de correos, por fin. Como siempre, una ilusión increíble lo que recibo. 

El otro blog lo cerré por un error, pero si os interesa lo abriré nuevamente cuando me digáis. Se que a muchos no os dio tiempo a leer la noticia del PDF y su publicación. PDF que por cierto necesita una portada, que diseñaré yo misma si no lo hacen los seguidores. Hubo un error en facebook por el que todo el que se apuntó no me envió un correo (facebook) así que estáis a tiempo de hacerlo vosotros mismos. Podéis entonces mandarme vuestros correos de participación en el concurso para ser los diseñadores de la portada del libro. Si queréis mandarme ya la portada directamente (a ordenador o a mano) también podéis. Portada que será publicada en el PDF, en wattpad y en todas las redes sociales. Por supuesto, también en el blog.

Disfrutad pues, del pequeño capítulo. Voy a ponerme las pilas para tener ya listo el siguiente para la semana que viene. Ventajas de las vacaciones supongo. ¿Se acerca el final? ¿Crees que aún les queda mucho por pasar? ¡Comparte tu opinión en un comentario! Es fantástico leeros a todos.

P.D: el capitulo 10 está ya programado para dentro de 5-7 días, no os perdáis su publicación. A partir del 11, las cosas empiezan a estar menos tranquilas, o esa es mi intención.





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***

No sabe cuando tiempo está de pie observando a la joven. No reacciona hasta que nota una presión sobre su hombro, siendo esta, la mano de Haymitch. Se apoya en el chico suavemente y aprieta su hombre con un sutil movimiento de convicción, de ayuda, de realidad. Sabe que se ha quedado impactado, que no ha sabido actuar ante la noticia, que es incapaz de mover una sola parte de su cuerpo, lo sabe y sigue sin hacerlo. No se fuerza, solo observa detenidamente la escena. Cada detalle del cuerpo de Amy, cada herida que estaba y no está, cada herida que sigue y no se va.

Percibe un movimiento detrás de él. Ve en el reflejo de uno de los armarios metálicos de la sala, la cara de Colin observando a Amy. Está de pie, detrás de Haymitch, con los brazos cruzados y una postura que incita temor y seguridad. Tiene la poca vergüenza de permanecer allí con ella después de todo. Que ese chico se encuentre en la misma sala que él le pone los pelos de punta, hace que quiera lanzarse a su cuello y disfrutar de cada segundo de su mísera muerte. Pero por alguna razón Haymitch lo protege, y no puede hacer nada para vengarse de aquello que le hizo a Amy, de aquello por lo que ahora se encuentra así. Sigue con su mirada el fiel reflejo en el armario, y cada uno de sus movimientos, controlados bajo esos ojos que desprenden odio y en mayor cantidad, ira. Sus músculos se tensan, las venas se marcan en los brazos al apretar los puños para intentar controlarse. Finalmente se gira, intentando controlar cada uno de sus impulsos, para verle de frente. Y al hacerlo, al girarse, piensa en no tirarse encima de él, tan solo intenta calmarse, respirando profundamente.

-¿Qué hace el aquí? –el dedo de Finnick va directo hacia Colin, la furia se consume en sus palabras y la rabia sale de él.
-Finnick, Colin no tiene la culpa de nada –reconozco la voz de Haymitch- no podíamos dejarlo en la Arena.
-Él fue quien le hizo esto a Amy, lo único que merece es morir

Aparecen una docena de agentes en la sala. Son rápidos y entre dos, consiguen sujetarle. Colin se posiciona detrás de tres de ellos. Haymitch intenta razonar con él inútilmente, hasta el punto en el que otros dos agentes tienen que sujetarlo para que no se lance contra Colin. Por primera vez la persona sensata, tranquila y responsable que definía a Finnick se había ido, dejando paso a un Finnick consumido por el dolor, la ira, la rabia, el odio… Posiblemente los peores sentimientos acumulados en el corazón del hombre, acumulados en él. Consumiéndole lentamente, en su caída. Solo el pensamiento de su muerte le deja más tranquilo. Quiere hacerle daño, quiere que sienta su dolor, quiere compartirlo, y que no cese, hasta que algo pueda aliviarlo por completo, hasta que Amy despierte.

Finnick grita e intenta soltarse pero es incapaz de hacerlo, y lo sé, porque estoy presente. Lo sé porque le conozco, porque sé que está sintiendo ahora. Lo sé porque le he amado, y cuando amas a alguien empieza a formar parte de tu persona. Puedo sentir su odio, puedo sentir su rabia, puedo notar su dolor, que en parte es el mío. Cada sentimiento de los suyos lo conozco, soy capaz de notar en su voz lo que nadie aprecia. En su mirada lo que a los ojos de los demás se escapa. Respiro con dificultad, para recuperar el oxígeno que presupongo, me falta. Alguien tiene que pararle, pero nadie sabe cómo, nadie puede. Ahora mismo no se trata de Finnick. Todo lo que ha controlado, todo el odio que nunca ha sentido, todos sus sentimientos férreamente oprimidos por él mismo, para representar calma y serenidad. Todos ellos salen a la luz enfocados hacia una persona. Y eso es peligroso, porque no lo ha soltado nunca, y sin control, lo hará de golpe. Porque le conozco sin conocerle, porque ni yo sabía hasta que punto sé de él. Porque ahora lo sé y puedo afirmarlo, le he amado.

Con dificultad trago saliva intentando recuperar mis fuerzas para hablar. Tragar saliva en mi estado es una sensación, cuanto menos, horrible. Noto como una lija pasando por mi garganta. El esfuerzo es demasiado y no reconforta para nada. Necesito tres veces más oxígeno del que necesitaría en otra ocasión. Puedo notar los pinchazos de presión en mis pulmones que lo reclaman, con el dolor débil y en conjunto, fuerte.

-Finnick-mi voz es débil, tan débil que me cuesta oírme, debo estar muy mal al juzgar por cómo suena. Nada más oírla él se gira. Sale corriendo hacia mi soltándose de todos los agentes que le sujetaban. Sus ojos brillan y su mano acaricia mi cara y agarra mi otra mano con fuerza. Finnick ha vuelto, siento su calor, su mirada ha cambiado, sus músculos están relajados, las lagrimas que intenta no dejar escapar. Intento hablar, pero tan solo puedo decir unas pocas palabras – Colin me salvo la vida.
-¿Qué? Amy, estas delirando…  estas grave, muy grave. Dicen que te recuperarás, va a costar que estés tan ágil como antes pero te aseguro que te recuperarás. Estoy aquí, tranquila. Todo va a salir bien, ya estás a salvo.
-No Finnick, estoy bien –sus rostro muestra confusión, sus ojos están apagados y deja de agarrar mi mano, mi voz ahora es algo más fuerte así que decido explicarle lo que ocurrió en el banquete. Aunque soy consciente de que me falta el aire y no duraré mucho hablando, soy la única persona a la que va a escuchar, debo intentarlo- Finnick, cuando iba a coger la mochila la chica del 13 apareció, yo ni siquiera le vi pero Colin no tardó en tirarse encima de mí. Pensé que me estaba atacando e intente defenderme pero entonces vi la lanza pasar justo encima de nosotros. No me había percatado de que había una lanza si quiera. Le mire extrañada y me dijo que me quedase ahí, fue directo a por la chica del 13 pero mientras luchaban le hirió con el cuchillo. Todo estaba pasando muy rápido pero a la vez lo veía como si ocurriese a cámara lenta. Mis movimientos se volvieron torpes y lentos. Ella vino directa a por mí y –empiezo a toser, me noto más débil, la visión se vuelve algo borrosa y los laterales los veo tenuemente negros. Haymitch corre y e acerca un vaso de agua, con la mano me hace una señal para que me tumbe de nuevo. Demasiados esfuerzos me da a  entender. Siempre preocupado, siempre cuidándome. Decido hacerle caso y me tumbo. Aparecen un par de personas vestidas de blanco que comienzan a tocar botones y cambiar lo que supongo, será mi medicación. Acercan una botella de oxígeno y me ponen la máscara correspondiente, noto como entra a mis pulmones y es una sensación que me reconforta.

-Le clavó el cuchillo en el estomago –la voz de Colin resuena en la sala- no pude hacer nada. Fui hasta donde Amy e intente ayudarla pero había demasiada sangre, estaba cabreado. La del 13 escapaba con dos mochilas, la mía y la suya, pero no era lo único que se llevaba. Se llevo la vida de Amy, pensé que había muerto y fui a por ella. La perseguí hasta que no tuve más fuerzas, perdí mucha sangre pero seguía vivo. Vi como me subían al aerodeslizador y lo último que recuerdo es levantarme enchufado a un montón de máquinas. Como el resto de los rescatados.


Mis ojos se están cerrando, noto que pierdo de nuevo fuerzas y un fuerte dolor en el estomago. Es un pinchazo intenso y doloroso, como revivir el momento en el que el cuchillo atravesó mi piel y después el resto. Cierro los ojos olvidándome de la pelea que hay a mí alrededor, es como si algo tirase de mi, alejándome de la realidad. Decido dejar que lo haga, y me voy poco a poco, pero no sin antes oír un ‘no te creo Colin, tu intentaste matarla’