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viernes, 31 de agosto de 2012

Relato 22

Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 21! Después de bastante tiempo vuelvo a publicar, he conseguido un  rato para este capítulo que creo que os va a gustar mucho. Siento no haber publicado antes y os pido perdón por tener el blog así de abandonado pero es lo que tienen las vacaciones, hago lo que puedo :S Esta muy interesante y tal vez ahora en la Arena empiezan a dar vuelta las cosas, ahora todo está en el tablero, nuestros tributos llevan varios días en la Arena. ¿Va a empezar a intervenir el Capitolio o se mantendrá al margen haber que sucede? ¿Ocurrirá algo que cambie totalmente la rutina de la tributo del distrito 12? Espero que os guste el capitulo tan esperado tributos aunque es un poco corto J

P.D: tengo un problema con las letras y los tamaños... se cambian solos



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Me despierto con el canto de los pájaros, diferentes pájaros a mi alrededor crean una música que en otra situación habría disfrutado escuchando. Muevo la cabeza e intento abrir los ojos. Lo primero que veo es como los árboles y todo el bosque que hay alrededor dan vueltas. Me encuentro algo mareada, cierro los ojos de nuevo y una sensación de lejanía entra en mi mente, apartándome de todo lo que hay a mi alrededor, alejándome de este mundo.
No se cuanto he dormido desde que abrí los ojos por primera vez pero el sol esta mucho más bajo. Tardo un poco en reaccionar y siento una punzada intensa en la cabeza. Me llevo las manos a la cara y me froto los ojos, una vez que estoy despejada intento mover las piernas, estas tardan en responder y aunque lo hacen con dificultad pero, cuando ha pasado un rato, responden. Cojo mi chaleco que se encuentra en el suelo al igual que mi mochila y me lo pongo por encima. Me cuesta ponerme de pie pero tras varios intentos, poco a poco, lo consigo apoyándome en un árbol, compruebo que no hay nadie en la zona antes de salir y cuando estoy segura me dirijo a donde puse las trampas. Por el camino descubro que estoy algo torpe, mis piernas a veces fallan e incluso se cruzan entre sí. Al caminar voy mejorando, como si estuviese aprendiendo a andar, cuando llevo un rato caminando mis piernas responden perfectamente. Tardo unos cinco minutos en llegar.  Estoy sedienta asique saco el botellín y bebo un poco. Aproximadamente serán las siete o las ocho, después de la niebla debí quedarme inconsciente o dormida. Es una sensación terrible, no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. Todavía me duele la cabeza y siento punzadas en las piernas. Retiro los matorrales para comprobar a ver si he cazado algo y me desilusiono porque no hay nada en la trampa. Tal vez no haya sido un buen lugar donde ponerla. La recojo y la guardo en la mochila con las batatas. Este día no está siendo muy bueno aunque empezó bastante bien. Ahora mismo solo pienso en negativo, todavía estoy algo aturdida de la niebla y de vez en cuando me mareo un poco. Seguida voy a la siguiente trampa con un poco mas de esperanza y encuentro un conejo. Supongo que no es mucho pero me vale. Teniendo en cuenta que también he recolectado batatas tal vez no haya sido un día del todo perdido. Guardo la presa en la mochila que ya ha alcanzado un peso bastante importante. Cargo con ella en la espalda y decido ir a la cueva. Camino con facilidad puesto que no me cuesta tanto como cuando abrí los ojos. La verdad es que no estoy prestando mucha atención al bosque, si un tributo anduviese cerca puede que ni me diese cuenta, lo que en parte es muy peligroso pero en mi estado lo único que pienso es en llegar al refugio. Mientras me dirijo a la cueva veo una especie de ave en el suelo, no distingo muy bien lo que es pero no dudo en lanzarle el cuchillo. Tal vez mis piernas me fallen un poco pero los brazos siguen igual que siempre, me acerco a ver mi prisa y es irreconocible. Parece un pavo pero es algo más pequeño, lo dejo en un ave salvaje porque no se qué nombre tiene este bicho. Orgullosa limpio mi cuchillo y cargo mi nueva presa a la espalda. Estoy más satisfecha de antes porque tenemos bastantes provisiones. Seguro que mis padres están aliviados, me han visto pasar un mal rato pero ahora tengo algunas recompensas, me gustaría saber que piensa el Capitolio al respecto. Ni siquiera su niebla ha acabado conmigo, deben estar molestos y eso podría ponerme en peligro porque ahora no dudaran en poner más peligros en la Arena. La chica que murió en la niebla me da una ventaja, si no hubiese muertes en un día estoy segura que pensarían alguna manera para juntarnos en una nueva batalla de sangre. De repente noto una punzada aun más grande en la pierna. Me subo el pantalón para comprobar que me pasa y descubro que tengo una mancha de sangre enorme. Limpio un poco la zona con agua para ver qué es y veo una raja profunda que deja ver la carne al rojo vivo. No sé cuando me la he hecho ni con qué pero duele cada vez más. Siento pinchazos en la pierna, me mareo un poco. Tengo que cerrar un poco los ojos y apoyarme en un árbol mientras se me pasa. Vuelvo a abrir los ojos, entonces lo veo claro, recuerdo cuando tropecé. Tropecé porque me clavaron un cuchillo, tenía tanta prisa por escapar de la niebla que no preste suficiente atención. Cuando me libere me agarro con la otra mano, recuerdo la cara de desesperación de la tributo. Me siento culpable por no haberla ayudado pero sé que no podría haber hecho nada para evitarlo. O moría ella o moríamos las dos. De nuevo cargo a mi espalda todo lo que llevo y avanzo con un dolor que se hace cada vez más insoportable. La Arena no solo te destroza por fuera sino que también lo hace por dentro, con la muerte de cada tributo. Llego a la cueva al rato y con algo de alivio retiro las ramas y los matorrales que la ocultan. Estoy demasiado cansada, cansada por el día que llevo, cansado por todo lo que ha pasado en estos días, cansada de lo que está haciendo el Capitolio. Cansada de este infierno en el que me han encerrado. Solo quiero tumbarme a descansar pero por lo visto el día de hoy está lleno de sorpresas.

Solo quiero tumbarme a descansar pero por lo visto el día de hoy está lleno de sorpresas.
-Pensé que ya no volverías, pero siempre tu vuelves – una voz dulce y masculina que proviene del interior de la cueva resuena en mi cabeza, la voz proviene de alguien a quien le cuesta hablar pero aún así es la voz inconfundible, burlona y seductora de Finnick.

martes, 21 de agosto de 2012

Relato 21


Hola a tributos!

Hoy os traigo el capitulo 21!  Como dije en el capitulo anterior las cosas comienzan a ponerse interesantes. Este capítulo es un poco más corto que los demás pero no mucho. Tal vez todo cambie ahora, a lo mejor ocurre algo que llevamos esperando mucho tiempo. Las piezas están colocadas, el juego ha comenzado, es hora de moverlas y decidir cuál es el destino de alguno de nuestros tributos. Nos imaginamos la situación, la gente del Capitolio vitoreando, Clover comentando cada segundo del Juego, comentarios sarcásticos, posiciones peligrosas, tributos que pelean o muertes… él sabe todo lo que pasa y lo cuenta sin dudar un segundo. Todo Panmen atento a los televisores y el verdadero Capitolio estará intentando encontrar a los tributos. Pero, ¿qué ocurre en la Arena? Solo una persona puede contárnoslo, ella lo está viviendo, su mayor pesadilla se hizo realidad.


P.D: Tengo que actualizar las páginas de Capitulos y muertes de los tributos, en cuanto pueda no dudare en hacerlo J


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Mis manos empiezan a sudar y me pongo nerviosa, mis ojos se abren y mis oídos permanecen atentos a cualquier sonido. Un movimiento en falso podría ser mi perdición. Sigo hacia delante sin perder de vista cualquier punto del bosque, me estoy acercando a donde deje las trampas asique no hay problema. Veo una sombra  y no me lo pienso dos veces antes de salir corriendo, mi respiración aumenta al igual me que mis latidos, siento que me agito por dentro y que empiezo a sudar de nuevo. Un sudor frio recorre mi frente. Corro, correr es la única idea que tengo en mente. Y entonces ocurre algo inesperado. Descubro una nueva hora del reloj.

Estoy cerca de la cueva, a unos quince minutos, tardare menos si corro más pero mis piernas van tan rápido como pueden. Tengo el chaleco quitado y lo uso para taparme la cara. Tengo que salir de esa zona cuanto antes porque una hora encerrada aquí significa la muerte segura. Lo que me persigue no tiene patas, ni garras, ni colmillos, tampoco tiene picos que desgarren mi carne. El Capitolio decidió dejar algo de la antigua Arena, y eligió uno de los peores horrores que había en el reloj. Una niebla estaba por detrás de mí y yo corría para que no me alcanzase. Sé que el reloj va por zonas, solo tengo que aguantar un poco más para salir de esta, una vez que salga la niebla no puede alcanzarme. Miro alrededor de mí, nada me sirve, vegetación, arbustos, árboles… nada que me ayude a escapar. Miro mis opciones, no puedo subirme a un árbol, sé que no serviría, pararme significa morir asique lo único que puedo hacer es correr. Cada segundo que pasa me siento más débil, tropiezo con raíces que hay en el suelo porque voy tan deprisa que cuando las veo es demasiado tarde para reaccionar. Las ramas más bajas de los árboles arañan mi piel pero no me paro aunque cada golpe frena un poco mi paso. Sigo corriendo y noto como la niebla cada vez está más cerca, pero yo también estoy más cerca de la siguiente zona. Calculo que serán entre las cuatro y las cinco de la tarde según la posición del sol, ya sé a qué hora no debo salir detrás de la cueva. Ya queda menos, me repito lo mismo una y otra vez para darme esperanzas. Cuando ya veo la zona que no tiene niebla tropiezo con algo. Me intento levantar lo más rápido que puedo pero descubro que esta vez no es que haya tropezado. Siento un dolor en la pierna intenso. Miro debajo de mí. Alguien me ha agarrado el tobillo. Tiro una y otra vez intentando soltarme, noto como la niebla me alcanza y sé que si estoy mucho rato en esta comenzaré con las compulsiones y acabaré muerta. Lo siento mucho por el tributo que me está agarrando pero casi no tengo fuerzas para salvarme yo, si intento ayudarle voy a una muerte segura. Le golpeo la mano con el mango del cuchillo y me suelto. Tiempo atrás alguna lágrima habría asomado por mis ojos pero después de cuatro días en la Arena las cosas cambian, aún así yo no he cambiado tanto y mis ojos se humedecen un poco y un lo siento quiere salir de mi boca. No hay tiempo, me suelto por completo, tal vez nunca habría hecho esto pero por mucho que quiera ayudarle no puedo hacerlo. Me alejo, mis piernas comienzan a fallar por culpa de la niebla pero finalmente y tras un esfuerzo me tiro a la zona donde estoy a salvo. Oigo un cañonazo y veo el aerodeslizador a lo lejos. Tengo que alejarme asique a rastras me dirijo hacia los matorrales con el fin de que nadie me encuentre. Ya no soy dueña de mi cuerpo. Apoyo la cabeza en un árbol y dejo caer mis manos, estoy escondida y permaneceré ahí un rato, hasta que controle de nuevo mi cuerpo. Cierro los ojos y lo último que veo es a Taylor, la chica del 6 que agarraba mi pierna antes de que la abandonase para que muriese. 

lunes, 20 de agosto de 2012

Relato 20

 Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 20! Sé que estos días han pasado cosas que la verdad no me apetece mencionar. No voy a hablar de casualidades ni de nada, cada cuál que piense lo que quiera, simplemente voy a olvidarme de ello. Tenía preparado este capítulo para aquel día ero por lo ocurrido lo público hoy. Estuve pensando y creo que no merece la pena,  me he esforzado mucho, he creado un blog y he escrito una historia que a muchas personas les gusta. Cree este blog para darla a conocer y es lo que voy a hacer, pase lo que pase, y habrá a gente que no le guste, pero lo más importante es que ninguna de esas cosas influirá en mí, a partir de ahora no me desilusionaré por nada, porque detrás de las personas hay seguidores, hay personas que comentan o que leen a diario, hay gente atenta a que ocurrirá y otros que simplemente disfrutan leyendo esta historia. Detrás de este blog, de esta historia, esta mi amiga Belen y con que a ella le guste la historia, siendo una tributo tan increíble me vale, porque la ilusión que ella me da cuando lee los capítulos que le mando es más que suficiente. Porque los comentarios de los lectores con su opinión hacen que sonría y después de lo del otro día, me han demostrado que son seguidores de verdad. Ya son 20 capítulos, los que llevo publicados, 73 hojas de Word, se dice rápido ¿verdad? Y pensar que no quería publicar ninguno… bueno aquí me veis ahora, he publicado veinte y los que quedan, me alegra que mi amiga me convenciese, espero que os este gustando la historia, que os parezca interesante y que queráis saber que ocurrirá. Siento no poder publicar a menudo, siempre que tengo un rato intento escribir para poder publicar pronto. En fin, quiero daros las gracias por leer cada día el blog, por comentar los capítulos, dar vuestras opiniones y estar ahí cada día. Muchas gracias a todos los tributos y espero que os guste la historia J Tal vez después del capítulo de hoy, es decir en los próximos, empiecen las sorpresas…

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Hipnotizada por las estrellas vuelvo a la realidad cuando suena el himno del Capitolio. Las caras de los tributos comienzan a aparecer. Madge y Parkert del 9 y Gina. Solo tres caras aparecen esta noche. Al parecer no paso nada en la cornucopia cuando Caly gritó, o tal vez hayan ganado un aliado. Madge y Parkert debieron morir por la bestia. No puedo evitar cerrar los ojos. Justo cuando acaba empieza a llover. No pierdo ni un segundo, despierto a Gale y le digo que coja los botellines. Me quedo vigilando mientras mi hermano sacia su sed y acto seguido hago yo lo mismo. Las grandes hojas están preparadas para que bebamos pero solo los tributos que hayan observado otros Juegos lo sabrían, por suerte yo veía videos para prepararme antes de que Haymicht me entrenase con los cuchillos, yo siempre quería impresionarle. Lleno los botellines y entro con Gale. Uso uno para mojar a Finnick y el otro para lavar a Gale que ha cogido algo de suciedad de estar en la cueva. Salgo una vez mas y repito lo de siempre. Al final Gale vuelve a tener sed y como estoy acostumbrada dejo que se beba un botellín entero. Durante esa hora nos refrescamos y bebemos hasta que no podemos mas, al final llenamos de nuevo los botellines y entramos de nuevo. Esta noche no va a haber guardias, me merezco un descanso.
He dormido tranquila, no recuerdo ninguna pesadilla ni ningún sueño. Me despierta un abrazo de Gale y una súplica de que prepare la comida. Tal vez se haya pasado la hora de desayunar, más bien es casi la hora de comer. No sé cuánto tiempo lleva Gale despierto pero lo que sé es que no había dormido tanto desde que nos secuestraron. Me siento totalmente descansada, renovada. Me levanto y le doy un abrazo a mi hermano, después le pido que coloque las ramas como lo hacemos siempre y compruebo que son las últimas que nos quedan. Hoy tengo que salir lo quiera o no, además no vendrá nada mal conseguir algo de caza. Utilizo un poco de agua para cambiarle a Finnick el paño, su temperatura ya es normal pero por si acaso, prefiero no correr riesgos.  Me siento para encender el fuego y le pido a Gale  que con las dos cuerdas haga nudos para hacer una trampa, el sabe hacerlas muy bien y eso me ahorrará tiempo a mí. Mientras las ramas prenden despellejo el pavo. Es más grande de lo que pensaba asique me lleva un rato. No me importa porque la recompensa es toda la carne que consigo. Desgarro con el cuchillo la carne para repartirla en cuatro trozos y así poder guardar unas reservas. Mientras lo hago me viene a la cabeza Gina y se me quita un poco el hambre. Guardo en el plástico tres trozos y el más grande comienzo a asarlo. Gale acaba las trampas justo antes de que termine de cocinar y reconozco que son perfectas. Ha pensado en todo, hay una que es más grande por si cazamos una presa de mayor tamaño y otra más pequeña para conejos o animales parecidos. Estoy tan orgullosa de él que no puedo evitar darle un beso. Nos sentamos a comer, divido el trozo cocinado en dos partes y aun así tenemos más que de sobra para ambos. Me preocupa que Finnick no despierte porque ya es el tercer día que no come ni bebe nada. Acabamos el trozo y Gale empieza a chuparse los dedos, le pregunto si quiere más pero niega con la cabeza. Estoy tan contenta con las provisiones que decido gastar un poco más. Como voy a salir de caza no me importa. Le entrego a Gale tres fresas y un puñado de bayas y cuando lo hago sus ojos se abren tanto que dan a entender que no se puede creer que comamos hoy tanto.  Como no tengo hambre dejo mi parte guardada, al fin y al cabo si Finnick despierta seremos tres, y tres comen más que dos. Nos queda aún un botellín y medio llenos de agua, es suficiente para todo el día. Descansamos un poco y dejamos que la comida repose. Hoy me encuentro perfectamente, no estoy cansada, no tengo hambre ni sed y me siento muy optimista.
De repente pienso en lo que no debería, todavía hay diecisiete tributos, son muchos, demasiados quizás. Muevo la cabeza haciendo un intento de olvidarme de eso. Cocino otro trozo grande de pavo y lo guardo de nuevo en el plástico por si a Gale le entra hambre  o yo vuelvo tarde. Recojo la mochila, paso todas las cosas a una sola. Cojo el cuchillo y las dos trampas, me despido de Gale que después de cuatro días tiene claro lo que debe hacer. Esta vez salgo menos preocupada, tiene comida de sobra y agua más de la necesaria. No cojo nada de comer pero si el medio botellín, no tengo pensado estar mucho tiempo fuera pero si las cosas se tuercen tampoco me apetece morir de sed. Me dirijo hacia la entrada pero antes de salir vuelvo hacia donde esta Gale y le abrazo de una forma que no había hecho antes, también me dirijo a Finnick y le susurro un ‘te pondrás bien’ Tengo que creerlo si no quiero derrumbarme. Supongo que necesitaba hacerlo, el abrazo más que nada. Quedan diecisiete tributos, quince si nos descontamos nosotros, es mucha gente que no dudará en matarme si así sobrevive.
Me alejo un poco pero no demasiado y coloco las trampas a unos diez metros una de la otra. Como no se cuánto tardarán en caer las presas decido investigar un poco la zona hacia dentro del bosque. Me conozco la zona de la cueva hasta la orilla pero nunca he llegado más allá de la cueva. Comienzo a subir el desnivel, resulta complicado pero la colina parece más empinada, queda un largo camino por delante. El sol me pega de lleno y eso hace que vaya mas lenta. Cuando consigo llegar a la cima miro hacia atrás, ha avanzado bastante pero necesito avanzar más así que sigo caminando.  Media hora después me tomo un descanso, me siento en lo alto de un árbol y observo la zona. Cuando estoy descansada empiezo a caminar de nuevo y veo algo que me sorprende, a unos veinte metros de mí. Corro hasta allí entusiasmada. Reconozco esa hoja, cuando estuve en el distrito 11 en una de mis visitas vi que cultivaban esta misma planta. Eran batatas. Me acerco con más detalle, hay pocas, pero las suficientes para alimentarnos un día o incluso dos. Comienzo a escarbar en la tierra y empiezo a sacarlas una a una. Me miro las uñas, no están muy estropeadas pero están sucias y llenas de tierra, si las estilistas de mi madre me viesen no quiero imaginarme como se pondrían. Ahora mismo eso no me preocupa asique sigo escarbando, sin perder de vista los alrededores, de vez en cuando levanto la vista por si algún tributo apareciese. Una ilusión crece en mi, más comida, las cosas no hacen más que mejorar. Las coloco en la mochila con cuidado. Como no hay demasiadas acabo en una hora más o menos. Con lo que me pesa la mochila no puedo seguir investigando asique decido retroceder, tardaré un buen rato en llegar asique empiezo el camino cuanto antes.
Mientras me dirijo a la cueva oigo un grito cerca de mí que me pone los pelos de punta, salgo corriendo sin dudarlo, sin pensar en que dejo atrás. Esta vez no puedo ayudar, no si eso significa poner mi vida en juego. Si yo caigo lo hace mi hermano y no estoy dispuesta a jugármela de esa manera. Corro tan rápido como me lo permite el cuerpo. Miro atrás y nadie me persigue, tal vez haya pasado desapercibida. Me voy alejando cuando veo a lo lejos una fogata, el humo va hacia arriba y deja ver la posición del tributo. Solo puedo pensar una cosa, debe ser una trampa. Cualquiera de lo que estamos aquí es lo suficientemente inteligente como para no caer en algo tan sencillo, aunque la gente desesperada hace cosas desesperadas. Decido alejarme cuanto antes de ese lugar, no quiero llevarme sorpresas. Sigo caminando pero esta vez llevo el cuchillo en la mano por si acaso. Oigo un cañonazo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Una noticia de mal gusto

Hola tributos!
Bueno, hoy he cogido mi ordenador y con un rato libre que tenia he preparado el capitulo 20, ya lo tenía para publicar y todo pero se me han quitado las ganas. Antes de publicar he abierto mi correo porque hacía mucho que no lo abría y he visto un mensaje de una seguidora que ha hecho que mis llamas se apaguen. Este blog para mi es una ilusión muy grande, las ideas que tengo en mi cabeza cobran vida con las palabras y se convierten en una historia que contar, una historia que con mucha ilusión he compartido hasta hoy. Las ideas no siempre venían y escribirlas no era fácil pero aún así lo he hecho hasta el punto de prepararme los capítulos para poder publicarlos este mes que estoy de vacaciones. Cuando he leído el correo me ha invadido una desilusión enorme y he decidido no publicar el siguiente capitulo. ¿Por qué? Porque le doy gracias a esta seguidora por haberme abierto los ojos, yo jamás lo hubiese descubierto. La respuesta es sencilla, hay un blog que casualmente cuenta una historia que ocurre veinte años después de la caída del capitolio, los juegos se repiten, la historia cuenta con el hijo y la hija de Peeta y Katniss que ya los conocéis ya que no ha cambiado ni los nombres… demasiadas casualidades. Me molesta por la sencilla razón de que yo me he esforzado en esta historia para que pase esto. Más bien lo que siento es rabia. Pero en fin… no voy a decir nada más, podéis juzgar vosotros mismos:
Y después de esto solo tengo una pregunta, ¿qué debería hacer ahora? 

jueves, 16 de agosto de 2012

Relato 19


Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 19! He conseguido un rato y he podido conectarme para publicar. Siento muchísimo la espera, ni siquiera sé como he conseguido este rato pero aquí estoy con el siguiente capítulo. Siento que mis vacaciones impidan la publicación pero no puedo mentir, la verdad es que me lo estoy pasando en grande. Buscare otro rato libre para el siguiente pero hasta entonces espero que os guste. La buena noticia es que tengo internet, la mala, no tengo apenas tiempo. Si público lo haré por la mañana pero no os prometo nada. Espero que os guste este capítulo y muchas gracias por leer el blog a diario J

Pdta: siento no comentar en vuestros blogs, mañana voy a pasarme por todos si tengo un rato libre y leo y comento las entradas J un saludo!

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Desde que apunte lo de Will en la roca ha debido pasar casi una hora porque diviso la colina y más abajo el desnivel. Avanzo mas, acelero el paso y sin quererlo me encuentro corriendo de nuevo, estaba tan absorta en mis pensamientos, tan tranquila con mi canción que apenas me he dado cuenta de que llevo todo el día fuera, de que ya ha anochecido. Me dirijo a la entrada no sin antes comprobar que nadie me sigue, es extraño ver que está todo tan tranquilo. El silencio en la Arena es como un descanso, como un respiro, pero a la vez tienes que estar atento, porque puede ser tu último silencio. Mi piel ya se ha secado, cuando me metí en el agua pensé en mi hermano, si salimos los dos de esta, si Finnick sale también, iremos al distrito 4 y haremos castillos de arena en la playa, nos bañaremos y disfrutaremos como nunca antes lo habíamos hecho. Será bonito de ver, de vivir.
Aparto los matorrales y entro en la cueva. Me aseguro de taparla bien para que no se vea nada. Coloco las ramas como siempre y después unas hojas que nos ocultan mejor. Miro por los pequeños agujeros que quedan y como apenas se ve nada decido dejarlo, estamos a salvo. Cuando entro Gale salta y me da un abrazo tan grande que ambos caemos al suelo, no puedo evitar reírme. Finnick está dormido, no sé si se habrá despertado en todo el día, espero que lo haya hecho. Le doy un beso a Gale en la frente, no quiero soltarlo, empiezo a hacerle cosquillas y ambos acabamos tumbados y riéndonos. Esto me recuerda mucho al 12, a mi casa. Mi hermano y yo estamos juntos, riéndonos como antes, no quiero que este momento acabe. Recuerdo a mama y a papa y me pregunto y abran sonreído al ver esta escena. Una voz dulce e inocente me trae de vuelta al mundo real.

-¿Dónde has estado Amy?
-Pues he ido a por algo de comer pequeño
- Menos mal porque tengo mucha hambre ¿Y la otra mochila naranja?
-Me la he encontrado por el camino, no sé que hay todavía, ¿quieres abrirla tu?
-Vale- se lanza corriendo a por ella y la abre, cuando me asomo la aparta- Yo la abro.
-Vale, tranquilo que no voy a quitártela- me siento en frente de él y sonrío- a ver, dime que tiene dentro
-Hay… - empieza a sacar cosas- una cuerda muy larga… una caja…
-¿Una caja? ¿Y que tiene la caja?
-No sé, espera un momento – veo como sus pequeñas manos intentan abrirla y como no puede se rinde y me la da - yo no puedo abrirla…
-Vamos a ver – la abro con cuidado y una sonrisa se dibuja en mi rostro- es medicina Gale, es una pomada para curar las heridas.
-¿Y también cura las heridas de cuando te caes de un árbol?
- Ahora veremos si las cura, pero seguro que si – no me puedo creer que se acuerde de lo del árbol, estaba casi dormida cuando lo dije, apenas me acordaba yo, dejo con cuidado la cajita a mi derecha y me dirijo a Gale- a ver qué mas tiene la mochila
-Pues tiene… tiene una bolsa de fresas y una caja de cerillas
-¿Fresas? ¿En serio? A ver déjamelas – cojo la bolsa intrigada, vaya el Capitolio lo ha pensado todo, en unas mochilas ponen un saco para que no mueras de frio y en otras fresas, medicina, una cuerda y cerillas, así no te mueres de hambre, ni de frio y mucho menos por una herida. Pero reconozco que estoy satisfecha. Hoy ha sido un buen día, un muy buen día, recojo todo lo que tengo y voy a la derecha de la cueva para organizar las provisiones, como veo que Gale se queda mirando le llamo para que me ayude- a ver pequeño, tráeme el botellín, ¿conejo ha sobrado? – Tras negarlo con la cabeza sonrío- ya lo suponía, ¿tienes hambre? Vamos a ver, coge tres fresas y te las comes mientras preparo la comida ¿vale?

Tras su tímida sonrisa las coge, se sienta encima del saco y se queda mirando lo que hago. Primero cojo los palos que nos quedan y empiezo a hacer una lumbre. Las coloco juntas y estreno la caja de cerillas, cuando está hecha, tapo con la bota hasta dejar las brasas. Tenemos bayas, fresas, un pescado y un pavo. Cuando voy a dejar la mochila en un lateral cae de ella un botellín. No me puedo creer que a Gale se le pasase algo tan importante. Esta vacio pero aun así es una buena noticia, esta noche tendremos aún más agua. Decido hacer el pescado porque sé que va a durar menos, cuando esta cocinado lo pongo sobre una especie de plástico que encontré al lado del botellín. Aviso a Gale para que coma lo que quiera y me dirijo hacia la caja que contiene la medicina. Rasgo un poco más mi camiseta y limpio las heridas de Finnick. No se ha despertado, pero respira.
Cuando Gale ha bebido agua y queda tan solo un poco decido usarla para limpiar a Finnick. Yo puedo aguantar un poco más, de todas formas no tardará mucho en empezar a llover, siempre llueve a la misma hora, justo después de los rostros de los tributos muertos. Limpio con cuidado cada herida y también le lavo la cara. Empiezo a untarle la pomada en las heridas, en algunas algo más porque son más profundas. Rezo para que funcione, como no puedo desperdiciar nada cierro la cajita y la guardo al lado del saco. Miro el poco pescado que ha dejado Gale y me lo termino. Estoy segura de que ha Finnick le hubiese encantado, el viene del distrito 4. Pensé que estaría despierto al llegar pero veo que está tardando más de lo normal. Tengo heridas superficiales de estos días pero no quiero malgastar la pomada.
Mañana por la mañana haré el pavo y nos daremos un buen festín, saldré a cazar  más cerca y buscaré algún palo largo que sirva para hacer una lanza. Puedo hacer unas trampas con las cuerdas y conseguir unas buenas presas asique no me preocupa si mañana gastamos el pavo. No quiero más riesgos, hoy he tenido bastante. Como tenemos suficiente comida decido darme un capricho y me como junto a Gale casi un cuarto de todas las bayas. Le digo que se acueste y que le avisaré cuando empiece a llover y no pone ninguna resistencia. Se mete en el saco, recuerdo el día que le acosté después del banquete. Es tan pequeño, le acaricio la frente y cierro el saco. Un beso en la frente y mi hermano cierra los ojos. Sonrió para mí misma y camino hasta el otro lado de la cueva. Me asomo por la entrada de la cueva y me quedo mirando las estrellas que hay en el cielo y pienso en como alguien que puede crear algo tan hermoso puede hacer cosas tan horribles.