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lunes, 20 de agosto de 2012

Relato 20

 Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 20! Sé que estos días han pasado cosas que la verdad no me apetece mencionar. No voy a hablar de casualidades ni de nada, cada cuál que piense lo que quiera, simplemente voy a olvidarme de ello. Tenía preparado este capítulo para aquel día ero por lo ocurrido lo público hoy. Estuve pensando y creo que no merece la pena,  me he esforzado mucho, he creado un blog y he escrito una historia que a muchas personas les gusta. Cree este blog para darla a conocer y es lo que voy a hacer, pase lo que pase, y habrá a gente que no le guste, pero lo más importante es que ninguna de esas cosas influirá en mí, a partir de ahora no me desilusionaré por nada, porque detrás de las personas hay seguidores, hay personas que comentan o que leen a diario, hay gente atenta a que ocurrirá y otros que simplemente disfrutan leyendo esta historia. Detrás de este blog, de esta historia, esta mi amiga Belen y con que a ella le guste la historia, siendo una tributo tan increíble me vale, porque la ilusión que ella me da cuando lee los capítulos que le mando es más que suficiente. Porque los comentarios de los lectores con su opinión hacen que sonría y después de lo del otro día, me han demostrado que son seguidores de verdad. Ya son 20 capítulos, los que llevo publicados, 73 hojas de Word, se dice rápido ¿verdad? Y pensar que no quería publicar ninguno… bueno aquí me veis ahora, he publicado veinte y los que quedan, me alegra que mi amiga me convenciese, espero que os este gustando la historia, que os parezca interesante y que queráis saber que ocurrirá. Siento no poder publicar a menudo, siempre que tengo un rato intento escribir para poder publicar pronto. En fin, quiero daros las gracias por leer cada día el blog, por comentar los capítulos, dar vuestras opiniones y estar ahí cada día. Muchas gracias a todos los tributos y espero que os guste la historia J Tal vez después del capítulo de hoy, es decir en los próximos, empiecen las sorpresas…

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Hipnotizada por las estrellas vuelvo a la realidad cuando suena el himno del Capitolio. Las caras de los tributos comienzan a aparecer. Madge y Parkert del 9 y Gina. Solo tres caras aparecen esta noche. Al parecer no paso nada en la cornucopia cuando Caly gritó, o tal vez hayan ganado un aliado. Madge y Parkert debieron morir por la bestia. No puedo evitar cerrar los ojos. Justo cuando acaba empieza a llover. No pierdo ni un segundo, despierto a Gale y le digo que coja los botellines. Me quedo vigilando mientras mi hermano sacia su sed y acto seguido hago yo lo mismo. Las grandes hojas están preparadas para que bebamos pero solo los tributos que hayan observado otros Juegos lo sabrían, por suerte yo veía videos para prepararme antes de que Haymicht me entrenase con los cuchillos, yo siempre quería impresionarle. Lleno los botellines y entro con Gale. Uso uno para mojar a Finnick y el otro para lavar a Gale que ha cogido algo de suciedad de estar en la cueva. Salgo una vez mas y repito lo de siempre. Al final Gale vuelve a tener sed y como estoy acostumbrada dejo que se beba un botellín entero. Durante esa hora nos refrescamos y bebemos hasta que no podemos mas, al final llenamos de nuevo los botellines y entramos de nuevo. Esta noche no va a haber guardias, me merezco un descanso.
He dormido tranquila, no recuerdo ninguna pesadilla ni ningún sueño. Me despierta un abrazo de Gale y una súplica de que prepare la comida. Tal vez se haya pasado la hora de desayunar, más bien es casi la hora de comer. No sé cuánto tiempo lleva Gale despierto pero lo que sé es que no había dormido tanto desde que nos secuestraron. Me siento totalmente descansada, renovada. Me levanto y le doy un abrazo a mi hermano, después le pido que coloque las ramas como lo hacemos siempre y compruebo que son las últimas que nos quedan. Hoy tengo que salir lo quiera o no, además no vendrá nada mal conseguir algo de caza. Utilizo un poco de agua para cambiarle a Finnick el paño, su temperatura ya es normal pero por si acaso, prefiero no correr riesgos.  Me siento para encender el fuego y le pido a Gale  que con las dos cuerdas haga nudos para hacer una trampa, el sabe hacerlas muy bien y eso me ahorrará tiempo a mí. Mientras las ramas prenden despellejo el pavo. Es más grande de lo que pensaba asique me lleva un rato. No me importa porque la recompensa es toda la carne que consigo. Desgarro con el cuchillo la carne para repartirla en cuatro trozos y así poder guardar unas reservas. Mientras lo hago me viene a la cabeza Gina y se me quita un poco el hambre. Guardo en el plástico tres trozos y el más grande comienzo a asarlo. Gale acaba las trampas justo antes de que termine de cocinar y reconozco que son perfectas. Ha pensado en todo, hay una que es más grande por si cazamos una presa de mayor tamaño y otra más pequeña para conejos o animales parecidos. Estoy tan orgullosa de él que no puedo evitar darle un beso. Nos sentamos a comer, divido el trozo cocinado en dos partes y aun así tenemos más que de sobra para ambos. Me preocupa que Finnick no despierte porque ya es el tercer día que no come ni bebe nada. Acabamos el trozo y Gale empieza a chuparse los dedos, le pregunto si quiere más pero niega con la cabeza. Estoy tan contenta con las provisiones que decido gastar un poco más. Como voy a salir de caza no me importa. Le entrego a Gale tres fresas y un puñado de bayas y cuando lo hago sus ojos se abren tanto que dan a entender que no se puede creer que comamos hoy tanto.  Como no tengo hambre dejo mi parte guardada, al fin y al cabo si Finnick despierta seremos tres, y tres comen más que dos. Nos queda aún un botellín y medio llenos de agua, es suficiente para todo el día. Descansamos un poco y dejamos que la comida repose. Hoy me encuentro perfectamente, no estoy cansada, no tengo hambre ni sed y me siento muy optimista.
De repente pienso en lo que no debería, todavía hay diecisiete tributos, son muchos, demasiados quizás. Muevo la cabeza haciendo un intento de olvidarme de eso. Cocino otro trozo grande de pavo y lo guardo de nuevo en el plástico por si a Gale le entra hambre  o yo vuelvo tarde. Recojo la mochila, paso todas las cosas a una sola. Cojo el cuchillo y las dos trampas, me despido de Gale que después de cuatro días tiene claro lo que debe hacer. Esta vez salgo menos preocupada, tiene comida de sobra y agua más de la necesaria. No cojo nada de comer pero si el medio botellín, no tengo pensado estar mucho tiempo fuera pero si las cosas se tuercen tampoco me apetece morir de sed. Me dirijo hacia la entrada pero antes de salir vuelvo hacia donde esta Gale y le abrazo de una forma que no había hecho antes, también me dirijo a Finnick y le susurro un ‘te pondrás bien’ Tengo que creerlo si no quiero derrumbarme. Supongo que necesitaba hacerlo, el abrazo más que nada. Quedan diecisiete tributos, quince si nos descontamos nosotros, es mucha gente que no dudará en matarme si así sobrevive.
Me alejo un poco pero no demasiado y coloco las trampas a unos diez metros una de la otra. Como no se cuánto tardarán en caer las presas decido investigar un poco la zona hacia dentro del bosque. Me conozco la zona de la cueva hasta la orilla pero nunca he llegado más allá de la cueva. Comienzo a subir el desnivel, resulta complicado pero la colina parece más empinada, queda un largo camino por delante. El sol me pega de lleno y eso hace que vaya mas lenta. Cuando consigo llegar a la cima miro hacia atrás, ha avanzado bastante pero necesito avanzar más así que sigo caminando.  Media hora después me tomo un descanso, me siento en lo alto de un árbol y observo la zona. Cuando estoy descansada empiezo a caminar de nuevo y veo algo que me sorprende, a unos veinte metros de mí. Corro hasta allí entusiasmada. Reconozco esa hoja, cuando estuve en el distrito 11 en una de mis visitas vi que cultivaban esta misma planta. Eran batatas. Me acerco con más detalle, hay pocas, pero las suficientes para alimentarnos un día o incluso dos. Comienzo a escarbar en la tierra y empiezo a sacarlas una a una. Me miro las uñas, no están muy estropeadas pero están sucias y llenas de tierra, si las estilistas de mi madre me viesen no quiero imaginarme como se pondrían. Ahora mismo eso no me preocupa asique sigo escarbando, sin perder de vista los alrededores, de vez en cuando levanto la vista por si algún tributo apareciese. Una ilusión crece en mi, más comida, las cosas no hacen más que mejorar. Las coloco en la mochila con cuidado. Como no hay demasiadas acabo en una hora más o menos. Con lo que me pesa la mochila no puedo seguir investigando asique decido retroceder, tardaré un buen rato en llegar asique empiezo el camino cuanto antes.
Mientras me dirijo a la cueva oigo un grito cerca de mí que me pone los pelos de punta, salgo corriendo sin dudarlo, sin pensar en que dejo atrás. Esta vez no puedo ayudar, no si eso significa poner mi vida en juego. Si yo caigo lo hace mi hermano y no estoy dispuesta a jugármela de esa manera. Corro tan rápido como me lo permite el cuerpo. Miro atrás y nadie me persigue, tal vez haya pasado desapercibida. Me voy alejando cuando veo a lo lejos una fogata, el humo va hacia arriba y deja ver la posición del tributo. Solo puedo pensar una cosa, debe ser una trampa. Cualquiera de lo que estamos aquí es lo suficientemente inteligente como para no caer en algo tan sencillo, aunque la gente desesperada hace cosas desesperadas. Decido alejarme cuanto antes de ese lugar, no quiero llevarme sorpresas. Sigo caminando pero esta vez llevo el cuchillo en la mano por si acaso. Oigo un cañonazo.