Seguidores

viernes, 13 de julio de 2012

Relato 6

Hola a todos!
Bueno lo primero quiero deciros que siento el retraso, he estado dos semanas fuera con unas amigas y no he podido publicar nada. Espero que tuvieseis ganas de que llegase este capítulo, no pensaba cortarlo así pero me ha parecido una buena manera de terminarlo para que os quedéis intrigados ;) Pues nada, ya estoy de vuelta, han sido dos semanas increíbles y espero que tuvieseis las mismas ganas de que publicase el capitulo 6 que yo. Ojala os guste a todos, no me entretengo mas, un saludo enorme y felices Juegos del Hambre.


Si quieres leer el primer relato,  haz click aqui
Si quieres leer el  el segundo relato, haz click aqui
Si quieres leer el tercer relato, haz click aqui
Si quieres leer el cuart relato, haz click aqui
Si quieres leer el quinto relato,  haz click aqui
_______________________________________________________________________________

Primero me ducharon, tuvieron que hacerlo con morfina porque no dejaba de gritar, cuando me deserté ya estaba vestida. Una chica se acercó para peinarme, y tengo que reconocer que me dejo preciosa. A continuación me maquilló, en sus ojos podía ver que ella no pertenecía al Capitolio, me trataba con delicadeza y cuando acabo no logro contener las lágrimas, tras un lo siento salió de mi cuarto. Recuerdo sus ojos grises del color de la Veta, su mirada triste mostraba que buscaba algún recuerdo perdido. Tal vez ella tampoco estaba a gusto con los Juegos. Supongo que en el fondo hay gente con corazón por estos pasillos. Me quedé en frente del espejo un par de minutos, bueno la verdad es que no se cuantos. Me miraba y recordaba a mi madre, estaba preciosa, tal y como ella lo estuvo en las entrevistas de los Juegos, me parecía tanto a ella. No quería defraudarla, quería parecerme más a ella, demostrar que era fuerte como lo hizo ella, demostrar que el Capitolio no es invencible. Lo único que me faltaban eran unos zapatos, cuando me los trajeron casi me sentí en casa, se parecían a los que tenía que llevar mi madre en sus giras como sinsajo, yo siempre me los probaba aunque me quedaran grandes. Mama me vestía de pequeña con vestidos parecidos a los suyos, siempre que había una gira mandaba al Capitolio una carta para que los estilistas hiciesen otro vestido para su niña. Cada año lo mismo, para recordar a la población que ya eran libres. Libres hasta ahora claro.
Acabaron pronto conmigo asique me dejaron en mi cuarto hasta que empezase la cena. Encendí el televisor aunque no permitían ver nada que no fuese su cadena, volví a ver las entrevistas y me sentí orgullosa de mi comportamiento, por mucho que me costase después. Me pregunte qué sintió mi madre o mi padre al verlo, pero seguramente ya lo sabía, sintieron que el mundo se le venía abajo. Si hubiese venido yo sola a los juegos hubiese sido diferente, pero mi hermano también estaba aquí.
Acabé de ver las entrevistas, también el anuncio de que los juegos se atrasaban y he de decir que su escusa fue muy pobre, apague la televisión cuando sonó mi puerta y me preparé para mi último banquete.
Entré en la sala y vi lámparas enormes colgando del techo, era la habitación más lujosa que mis ojos habías visto, no me di cuenta de que todo el mundo estaba ya sentado hasta que empecé a oír hablar a la gente. Buscaba mi asiento, Finnick se levanto para ayudarme, estaba a su lado y al de mi hermano, por lo que deduje que los sitios se elegían, el Capitolio no habría tenido ese detalle conmigo. Finnick estaba nervioso y no supe porque hasta que me fije en los comentarios de la gente. “¿La habéis visto? Esta preciosa” “Que envidia, mira que bien le sienta ese vestido” “Esta increíble” Note como me ruborizaba un poco, ni siquiera Colin pudo aguantarse y soltó algún que otro cumplido hacia mí. Se suponía que yo no estaba oyendo nada pero creo que mis mejillas me delataron porque pronto todo el mundo comenzó a callarse, noté como la mano de Finnick se apoyaba sobre la mía y me decía algo. “Tranquila, solo están diciendo la verdad, no hace falta que te sonrojes. Estás preciosa” Poco a poco creo que volví a mi color natural, vi que al lado de Finnick se sentaba  Evelyn, era del mismo distrito que Colin aunque no parecían muy amigos, ella no paraba de mirar a Finnick, lo que reconozco que me estaba poniendo enferma. En frente de mí estaban Joel y William a los que también había oído comentar algo sobre mí y al lado de Joel, Cristina, era la primera vez que alguien participaba desde el Capitolio, la pobre no tuvo mucha suerte. Colin estaba con Cathy aunque Austin no paraba de mirarles lo que me resulto en un principio gracioso. Clover entró por la puerta de repente, anunciando su queridísimo banquete, el orgullo que sentía de estar sentado con nosotros y lo feliz que le hacía ver unos tributos tan especiales y animados. También nos dijo que los Juegos serían mañana, nos animaba a disfrutar del día y a dormir bien ya que lo necesitaríamos, después de dar un discurso sobre el por qué de estos Juegos dio paso al banquete y  empezaron a traer comidas que ni yo misma conocía. Después del discurso de Clover mis ganas de comer habían disminuido, pero sabía que al día siguiente no tendría nada, así que tenía que aprovechar y también tenía que conseguir que mi hermano comiese algo, aunque él no quisiese. Al final a Finnick se le ocurrió la idea de inventarse que era una comida especial, que nos daba más fuerzas para ganar el Juego. Mi hermano cogió en seguida sus cubiertos y empezó a comer como si no hubiese comido antes, tenía muchas ganas de ganar, aunque no supiese de qué juego se trataba.  
La comida estuvo entretenida, teniendo en cuenta que en unas horas nos mataríamos entre nosotros. La gente era muy amable, al final deje que Evelyn entretuviese a Finnick como ella quería porque no podía mantener una conversación con él sin que interrumpiese. Joel y William resultaron ser increíblemente divertidos, me lo pase realmente bien, o al menos cuando me quitaba de la cabeza los Juegos. Me hubiese encantado conocerlos en otras circunstancias porque sinceramente, la mayoría seríamos buenos amigos. La pobre Cristina no podía parar de pensar en la Arena, a penas probaba bocado. Estaba empezando a recordarme a mi hermano y no pude evitar decirle que comiese, le explique que seguramente lo que comiese hoy la mantendría con vida en la Arena al menos uno o dos días si no encontraba alimento. Parece que se lo tomó en serio porque su comida empezó a bajar del plato.
Solo hubo un momento de tensión en la comida, lo provocó Colin.
-Ey preciosa, ¿por qué no nos cuentas a todos como vas a sobrevivir en la Arena? Vaya, no me contestas, ¿se te han apagado las llamas, preciosa? –cuando dijo lo de las llamas quedó muy claro a quién se refería, yo me estaba pensando si contestarle o no pero siguió hablando - o prefieres contármelo a mí a solas
Cuando hablo de un momento de tensión fue porque después del comentario de Colin, Clover le rio la gracia, William y Joel se estaban conteniéndose para no hacerle nada a Colin como soltase otro de esos comentarios, lo que me resulto extraño, tal vez Clover se equivocó y en la entrevista caí mejor de lo que él pensaba. Cristina me miró y me dijo que no le hiciese caso pero tuve que hacerlo cuando Finnick perdió los nervios. Antes de que Finnick se levantase le agarré del brazo y le dije que no pasaba nada, aunque por la manera en la que apretó el puño creo que no pensábamos igual. Todo parecía calmarse cuando Colin tuvo que hablar de nuevo.
-Vaya, pues si que te han salido seguidores, pero seguro que a ti te pasa lo mismo que a mí, prefieres otro tipo de compañías. Qué me dices entonces, ¿te apetece contármelo a mí solo?
-Sí, Colin – no iba a parar hasta que le contestara, y eso era lo mejor que podía hacer, la mirada de Finnick fue fulminante, aunque no solo la suya ya que toda la mesa me miró igual- me encantaría contártelo a solas
-Justo la respuesta que esperaba- su risa se oía triunfante, creo que a Finnick  se le quito el hambre, su mirada era de decepción, pero yo no pude evitar sonreír - ¿te vienes conmigo sinsajo?