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domingo, 2 de septiembre de 2012

Relato 23

Hola tributos!
Hoy os traigo el capitulo 23! En el capitulo anterior paso algo muy interesante que seguramente muchos llevabais esperando, ahora todo cambiara para nuestros tributos, la cuestión es ¿para bien o para mal? Antes de que empecéis a leer el capitulo me gustaría informaros de unos cambios que pretendo hacer en el blog como es, por ejemplo, actualizar los afiliados, la página de capítulos y la de muerte de los tributos, os pido paciencia porque donde estoy de vacaciones el wi-fi se me va mucho y lo máximo que puedo hacer es lo que he hecho hasta ahora. Cuando vuelva pondré nuevas encuestas, miraré los resultados de estas y actualizaré el blog por completo. También pensé en añadir una N U E V A P A G I N A donde ponga toda la historia, desde el primer capítulo hasta el que llevamos y así si alguien quiere leerla de golpe de nuevo, podrá hacerlo. ¿Os parece buena idea?
Bueno, hoy no pondré los enlaces de los capítulos, si puedo modificaré la entrada, con esto de que se me va el wi-fi tanto prefiero publicar lo antes posible, así que lo último, espero que os guste el capitulo J Es un poco más largo para compensaros por la espera y además lo he cortado de manera que no os muráis de la curiosidad como lu, una de las lectoras ;)
P.D: Quería pediros un favor, si conocéis a alguien a quien le guste LJDH, un amigo, un bloggero/a, cualquier persona, os pido que si podéis hablarles del blog, recomendarlo o algo por el estilo, os lo agradecería muchísimo. Es que veo que se está apagando, y no me gustaría que ocurriese J Muchas gracias ! 
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Entro en la cueva y suelto todo lo que llevo, lo primero que hago es lanzarme a sus brazos, me olvido de todo, de sus heridas y de las mías, de todo. Solo me encuentro con esos ojos azules, un azul que se mezcla con el verde del mar. Solo pienso en una cosa, ha vuelto, ha vuelto a mi lado. No sé si mis ojos se han humedecido pero de lo que estoy segura es que eso no apagará la nueva llama que crece en mí. Mi llama ha vuelto y ahora parece más fuerte que nunca, algo dentro de mí recorre mi cuerpo. El como si el fuego corriese por mis venas y alcanzase cada punto de mí, haciendo que sienta que ahora todo es posible. Lo llaman esperanza, yo no sé describirlo pero creo que es una mezcla entre la felicidad y la ilusión que siento en este momento. Un cosquilleo aparece en mi interior, no son las mariposas a las que hacía referencia mi madre cuando hablaba de cómo de enamoro de papá, son nervios. Nervios porque me he lanzado sin más a abrazarle, sin pensar en nada, ni siquiera en lo que pasara cuando deje de hacerlo. Solo sé que no quiero dejar de abrazarlo– Si que te alegras de verme – tose un par de veces después de decirlo lo que me recuerda que aun esta débil, no me había fijado en lo cerca que estábamos el uno del otro, nuestras caras, nuestros cuerpos, puedo notar su respiración en mi cuello, el tacto de sus dedos rozando mi piel, y el calor de su cuerpo aviva mi llama cada vez mas. Me separo de él en seguida y voy a por él botellín de agua.

-No sabes cuánto –una sonrisa se dibuja en mi rostro, la felicidad recorre mi cuerpo. Quiero parar las agujas del reloj para que el tiempo se detenga, para que este momento no se escape jamás y pueda vivirlo para siempre. Para que pueda seguir a su lado el tiempo que quiera sin temor a lo que hay fuera de la cueva. El cosquilleo es cada vez más intenso, no desaparece y cuando me acerco a Finnick siento que no se irá nunca- toma, tienes que beber un poco Finnick, llevas cuatro días sin tomar ni una gota de agua.

-Tranquila, Gale me dio un poco de agua antes de quedarse dormido, no la desperdicies – me sonríe e intenta incorporarse, yo no dudo en ayudarle pero cuando lo hago, él se da cuenta de que no es el único herido, su cara cambia completamente- ¿Qué te ha pasado? Estas sangrando Amy, ¿Quién te ha hecho eso?

-Tranquilo, estoy bien, son solo unos rasguños y lo de la pierna no es más que un corte superficial.

-No, no es ningún corte superficial, solo te lo repetiré una vez, estas sangrando – intenta moverse, se acerca hacia mí, preocupado, pero me aparto en seguida, no quiero que vea como son realmente las heridas. Me agarra la mano para que no me aleje y su mirada se endurece- Coge el agua y límpiate la herida y después te echas medicina, me ha dicho Gale que tenemos una caja entera.

-No Finnick, tú necesitas la medicina más que yo…

-Amy, o te das la medicina o te juro que salgo de esta cueva y voy directo a un tributo para que me mate, así tendrás medicina de sobra para ti.

-Si sales de esta cueva no te dará tiempo a llegar a ningún tributo porque te mataré yo misma por insensato- mi tono ya no es tranquilo, es una mezcla entre enfado y preocupación, después de todo lo que hemos pasado no me creo que me diga eso- me echare medicina, será mejor que te acuestes, te despertaré para cenar, lo mejor es que descanses.


Estoy seria, enfadada, preocupada, rabia es lo que encuentro en mi interior, rabia porque Finnick está peor que yo, porque lleva cuatro días inconsciente y rabia porque aun estando así sigue preocupado por mí. He demostrado muchas veces que soy capaz de sobrevivir, no necesito que me vigile, que se preocupe, solo necesito que se recupere. Me observa durante un rato y como sé que no va a parar me lavo la herida con el agua que queda en mi botellín y me doy un poco de pomada, reconozco que el efecto es increíble, no sé cómo estará mi pierna mañana pero ahora la siento mucho más calmada, casi ni me duele. El alivio es más que inmediato.

Descanso un poco apoyada en la pared, cuando me siento mejor recojo las provisiones que deje casi al ras de la entrada. Me dirijo hacia donde lo guardamos todo y me viene a la cabeza lo afortunados que somos. Todavía no han encontrado la cueva y tal vez no lo hagan porque está muy bien oculta, tenemos provisiones para varios días y sabemos de sobra donde conseguir agua. Compruebo que las fresas siguen igual, y las bayas también, el trozo de pavo que deje cocinado ha desaparecido lo que me hace pensar que Finnick habrá comido un poco. Tanto pavo no cabe en un niño tan pequeño como Gale. Coloco el conejo y el ave al fondo y las batatas también, con lo que he conseguido hoy tenemos mínimo para tres días. El agua sabemos cómo conseguirla asique tampoco nos escasea, en este momento solo puedo ver puntos positivos. Cuando cojo los dos trozos grandes de pavo que quedan para cocinarlos me doy cuenta de que no hay palos para hacer fuego, entonces recuerdo que esta mañana no apagué las brasas asique con suerte no se habrán consumido aún. Miro hacia donde cociné esta mañana y efectivamente queda lo suficiente como para cocinar, no sé en qué estaría pensando para olvidarme de algo tan importante pero me alegra haberlo hecho.  Sé que tardaré más en hacer la comida porque las brasas que quedan son escasas pero no me preocupa porque no tengo prisa.