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miércoles, 25 de julio de 2012

Relato 14

Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 14! Lo primero que quiero deciros es que siento no haber podido publicar antes, lo segundo es daros un sincero gracias por todos los comentarios que acabo de leer. He visto que el capítulo de Will emociono a muchos y me alegra de que así fuese, buscaba en él una manera de recordarlo, algo que hiciese que no lo olvidaseis, de todas formas ya veréis como continua la historia J Quiero que sepáis que vuestros comentarios me animan muchísimo, que para mí es un placer que leáis cada día los capítulos y que os intereséis tanto por ellos, y ahora no os voy a hacer esperar más porque creo que ya habéis esperado suficiente. Capitulo 14 !

Pdta. Mañana o pasado publicare la página de la lista de tributos y como van muriendo,  se que la encuesta aún no se ha cerrado pero el ‘sí’ está arrasando asique imagino cual será el resultado!
                                                      

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No sé como siguieron adelante después de estar en la Arena, como fueron tan fuertes para volver a casa, para olvidarlo todo, me gustaría ser como ellos, que estén orgullosos de mí. Me encuentro cada vez peor pero debemos llegar a la cueva, de vez en cuando miro atrás para ver si Colin viene. Sé que podríamos haber acabado con él, pero no es mi juego, ese no es mi juego. Mis pensamientos se desvanecen y poco a poco dejan una única idea en mi cabeza, ponernos a salvo. Finnick va un poco después de mí, sigo agarrando su mano y tiro de él pero cada vez tengo que tirar mas, corro por los dos pero no es suficiente, en la Arena nada es suficiente. Está empezando a anochecer y no veo muy bien, tropezamos un par de veces porque ambos estamos algo torpes pero seguimos corriendo. Me paró en seco y analizo las heridas de Finnick, noto en sus ojos que pierde fuerza pero le digo que queda poco, que va a estar bien. Coloco su brazo y lo paso por encima de mi hombro apoyando su peso sobre mí. Antes podía andar con dificultad, casi ni corría pero ahora toda su fuerza le ha abandonado y soy yo la que debe sostenernos a los dos. La poca fuerza que tengo no va a salvarnos pero no puedo dejar de intentarlo. Con dificultad veo la colina, y más adelante el desnivel, estamos cerca. Pienso en eso, queda poco, algo de esperanza aparece de repente, abro los ojos de nuevo ahora más decidida. Con la mano en la cintura de Finnick y la otra agarrando su brazo, pongo su peso sobre mi cuerpo y sigo adelante. Finnick pesa, pesa bastante pero eso no me impide seguir. Se lo debo, se que vamos a salir de esta porque nos lo merecemos. Hemos sobrevivido, esas son las reglas, SOBREVIVE. Pero todavía no ha acabado el Juego, se trata de eso, acabarlo. Mientras lo único que hacemos es dar espectáculo, sufrir para que ellos se diviertan y pasen un buen rato. Me dan ganas de parar, de rendirme, de enseñarle al Capitolio que no soy una ficha más de sus juegos. Si hago eso ellos habrán ganado, ellos siempre ganan, da igual si mueres dando espectáculo o rindiéndote, el caso es que mueres y si mueres el juego para ti ha acabado. No puedo permitir que acabe, tengo que seguir luchando, tengo que sacar fuerzas, tengo que guardarme la poca esperanza que me queda y aferrarme a ella. Estoy tan hundida en mis pensamientos que no noto que caemos hasta que mi rodilla golpea el suelo, a penas soy capaz de ver y estoy mareada pero como si fuese un acto reflejo me levanto. Me levanto, eso es lo que me diferencia del Capitolio. Me he caído, y me he levantado sin pensarlo, y si me he levantado es porque realmente quiero seguir adelante, y si quiero seguir es porque tengo esperanza de sobra, es porque sé que saldremos de esta. Podría haberme rendido, haberme quedado en el suelo y esperar a que un tributo me encontrase. Pero estoy de pie porque me he levantado, porque quiero seguir adelante, luchando, porque el Capitolio no conseguirá hundirme, no si creo que hay razones para luchar, y de esas tengo más que de sobra. Eso es lo que me diferencia de ellos, nuestras razones son diferentes. Ellos quieren enseñarnos que están al mando, que pueden controlarnos, acabar con nuestras vidas, que somos suyos, pero realmente les demostramos que no, porque no pueden controlarnos. Pueden encerrarme en este infierno y obligarme a sobrevivir, pero no han podido obligarme a matar a Colin, le he tenido en frente, he podido acabar con su vida pero no lo he hecho. Porque no soy del Capitolio, porque no pueden controlar mis actos, porque con eso he demostrado que solo yo soy dueña de mis decisiones. Porque si que tengo razones para luchar, por mi hermano, por mis padres, por Finnick, para que todos volvamos a casa. Incluso por mí, porque rendirme seria dejarles ganar, y mi madre siempre dijo no hay peor perdedor que aquel que no lucha por lo que desea. Lo que deseo es volver a casa, y está claro que lucharé por ello. Me estoy enfrentando a la muerte en cada momento que paso en la Arena, asique si tengo que morir, que sea luchando. Levanto a Finnick con cuidado y lo coloco en la misma posición de antes. Avanzar ahora no será un problema porque ya estamos en la colina. Camino más lentamente apartando los matorrales y por fin veo la cueva, avanzo con cuidado y tumbo a Finnick para poder pasar arrastrándole hasta dentro. Gale está dormido asique no ha visto nada, veo que la comida ha bajado y que apenas queda agua. Tapo la cueva con las ramas y vuelvo dentro, me rasgo la camiseta y ato un trozo de esta en la pierna para parar la hemorragia, con lo que me queda le limpio la sangre. Mi preocupación por el agua es mínima por lo que uso la que queda para limpiarle las heridas más graves. No abre los ojos y eso me preocupa pero me alivia pensar que quizá este dormido, que sigue consciente. Me apoyo en la pared agotada y sé que hoy no habrá guardias, nadie cuidará de nosotros. Hago un intento para mantenerme despierta pero no puedo, solo espero que nadie nos haya seguido. De repente me acuerdo de donde estamos. El reloj, pronto será la hora en la que llueva, es la única oportunidad de conseguir agua, faltarán dos horas como mucho. Todavía no he descubierto más horas en la Arena y eso que es el segundo día. Con un intento de desvelarme miro al cielo, donde empiezan a aparecer caras de los tributos muertos. Ya han caído trece, tan solo quedan catorce. Veo la cara de Austin y pienso, yo le mate, siguen apareciendo más caras, pero no tantas como la primera noche. La de Colin no aparece, en su lugar veo la de William y una lágrima me cae justo antes de cerrar los ojos. Debo haber dormido algo porque cuando me despierto está lloviendo, me encuentro algo mejor asique me bebo el agua que queda después de haber limpiado un poco a Finnick y despierto a Gale. Mi hermano se asombra de verme y me da un abrazo. El pobre me toca la cabeza y me pregunta que por que tiene sangre, mi escusa es pobre porque no tengo ganas de pensar y le digo que Finnick y yo nos caímos de un árbol mientras nos escondíamos. Al ver a Finnick se alegra y quiere despertarle, pero se lo impido para no llevarnos sorpresas. Salimos y bebemos agua con las hojas, como la otra vez, luego inclino la hoja y lleno el botellín. Cuando ya hemos saciado la sed entro, y limpio a Finnick con el agua que tenemos, le lavo las heridas y le mojo la frente varias veces, cuando el agua se acaba salgo a por más antes de que se pase la hora. Así repetidas veces, y una última porque Gale tiene más sed de nuevo. Miro las provisiones y veo que nos queda solo para por la mañana, debemos ir a cazar. He perdido el arco, no lo recogí cuando peleamos con Colin, pero nos quedan los cuchillos de Finnick, tiene dos asique uno para cada uno a ver quien caza mas. Me recuesto con mi hermano y le sigo contando la historia que le conté el día del banquete cuando la acabo cierro los ojos, y duermo, por primera vez sin pesadillas.