Seguidores

viernes, 19 de octubre de 2012

Relato 32


Hola mis tributos!

Bueno hoy os traigo el capitulo 32 ! Os he visto con tantas ganas que me he dicho, ¿por qué no hacerlo un poco más largo? Aún así lo tenía que cortar ya para que se quedase interesante, ¿estáis nerviosos por saber que pasará ahora? Nuestra Amy está destrozada ¿se recuperará? Pff… muchas preguntas y todas las respuestas en el capitulo ! Tendréis que leerlo para saber qué pasa. A partir de este la cosa va a ponerse más interesante pero no puedo decir más, espero que os sorprendan los próximos capítulos.

Quiero agradeceros lo mucho que habéis hecho este último mes, cada comentario me ha hecho muchísima ilusión y me ha animado a seguir escribiendo, por eso, una vez más quería agradecéroslo.

En el capitulo anterior se juntaron más de cuarenta comentarios, y eso, para una chica que escribe una historia y la publica esperando darla a conocer y que la gente la lea y le guste, es MUY IMPORTANTE.

Recordaros antes de nada unas cosillas, como por ejemplo que mañana publicaré la página de gifs de Finnick y Annie y espero que os encante. Deciros que el domingo publicaré el nuevo ‘planner’ para la semana que viene. Y por último que tengo twitter, FINNICK ODAIR EN ROPA INTERIOR solo los lectores me entendéis ;)

Espero que os guste mucho mucho mucho y disfrutéis de él, como siempre espero vuestra opinión. Ojala haya merecido la pena la espera y os guste, no lo he puesto muy muy interesante porque quería dejar lo interesante para los siguientes J

……………………………………………………………………………………


-Creí que íbamos a morir pero tú nos has salvado Amy, gracias, de verdad.
-Cristina tiene razón Amy, si no hubiese sido por ti estaríamos muertos – acaba de limpiarme la sangre de las manos y me mira a los ojos y con la mano sube mi barbilla hasta que nuestras miradas se encuentran- no has hecho nada malo, no tienes la culpa de lo que ha pasado.
-Joel, Amy, tenemos que salir de aquí, pronto bajara el aerodeslizador para llevarse el cuerpo.
-Vamos – Joel se agacha y me coloca el carcaj en la espalda, después me da el arco y como no reacciono agarra mi mano y lo coloca sobre ella, la mochila se la da a Cristina y noto como me coge la mano y la aprieta con fuerza. Cristina asiente, recoge el cuchillo, empieza a avanzar y después de ella vamos nosotros. Me susurra algo que hace que me encuentre de nuevo –No dejes que esto acabe contigo, es lo que quiere el Capitolio, que te sientas mal, que te destruyas poco a poco. Amy nos has salvado la vida, has evitado dos muertes mas, eso no es malo. No dejes que ellos ganen, no juegues su juego.

De repente vuelvo a la realidad, por muy mal, por lo rota que me sienta,  que este no puedo dejar que esto acabe conmigo, no después de todo lo que he pasado, no ahora que Gale está a salvo. Joel tiene razón, no puedo jugar su juego, tengo que jugar el mío. Sabía que iba a matar a Evelyn, tenía que hacerlo. Yo misma lo dije, es hora de que yo juegue con mis reglas. No puedo dejar que me hundan. Esto es lo que me destrozaría, Clover me lo advirtió, la Arena te cambia, te destroza pero si en realidad me siento así tal vez no haya cambiado tanto. No soy una máquina de matar, mi humanidad sigue en mí. Puedo notar el dolor de su muerte, puedo notar ese amargo sabor de culpabilidad, puedo sentir que lo que he hecho está mal. Si siento todo eso, por muy malos que sean mis actos sigo siendo yo misma. No puedo permitir que todo lo que he construido se destruya. Las ideas surgen en mi, los acontecimientos que han pasado pasan por mi cabeza pero después de esto tenemos que seguir adelante y eso supone un problema. Analizo la situación y permanezco callada unos segundos, cuando estoy segura de todo hago un mapa mentalmente. Cojo mi arco más fuerte y miro a Joel a los ojos.

-Tenemos salir de aquí cuanto antes, ¿veis esa zona de allí? Tenemos que atravesarla lo antes posible porque hay una niebla venenosa, si visteis los últimos juegos sabréis que ahora mismo estamos en un reloj, como el de la otra vez. Cada hora un nuevo horror –sus caras son de asombro parece que ellos no habían descubierto esa parte pero yo sigo hablando. No me detengo, se que hablo rápido, no hay tiempo y este es un lugar peligroso, cualquier tributo podría vernos- la niebla venenosa empieza en esa zona a las cuatro o las cinco de la tarde, por la posición del sol eso será –titubeo, miro arriba para ubicarme. Me pongo la mano en la frente para tapar un poco el sol y cuando distingo su posición hago cuanto me explico Gale en el bosque. Calculo el tiempo que queda, mi voz se quiebra un poco- en media hora.
-Amy, si lo que estás diciendo es verdad- le corto antes de que acabe la frase
-No nos da tiempo a atravesarla Joel, ya me he dado cuenta, avanzaremos hasta el límite y esperaremos a que pase la hora escondidos, no podemos hacer otra cosa. Lo mejor es que nos pongamos en marcha cuanto antes.

Joel sonríe al verme tan decidida, este cambio tan brusco ha sorprendido a Cristina que camina a mi derecha. He cogido una flecha del carcaj y la he colocado en el arco por si acaso. No lo he tensado pero seré más rápida por si pasa algo. El bosque tiene zonas diferentes, algunas fáciles de divisar por lo que son más peligrosas, otras en cambio son frondosas y no se te ve a penas. Observo las dos opciones y estudio la situación, cuando lleguemos tendremos que esperar a que acabe la niebla por lo que pisa realmente no tenemos. Decido ir por la zona frondosa. Es difícil de atravesar y nos va a retrasar pero también nos da más oportunidades a la hora de pasar desapercibidos. Agarro a Cristina del brazo y le hago una señal a la otra zona. Su cara muestra confusión ya que debe pensar que estoy loca por ir por el camino más complicado pero no tarda en comprender porque lo hago. Joel nos sigue y empezamos a caminar. Aunque tenemos que ir quitando ramas y arbustos, esquivando raíces que sobresalen del suelo y estando atentos a los animales que haya, nuestro paso no va tan lento como pensaba. Temo que salga algún animal o muto ya que reaccionaríamos tarde. Esta zona es buena para ocultarse pero al igual que nos ocultamos nosotros podrían hacerlo los mutos, o peor, los demás tributos. Siempre hay un riesgo pero esperemos que haya también una recompensa aunque solo sea esta vez. Caminamos rápido ya que Joel y Cristina no están cansados y me pregunto qué haremos cuando crucemos la zona. Me planteo la idea de llevarles a la cueva conmigo pero si hago eso luego será peor. A la hora de la verdad todos querremos sobrevivir y yo daría cualquier cosa por mi hermano. Ya es difícil pensar en que Finnick podría llegar a la final con nosotros asique no quiero imaginar cómo sería con Joel y Cristina. Tengo que buscar otra manera de ayudarles. Miro a Cristina mientras camina, es una chica dulce, aparenta ser débil pero si ha llegado hasta aquí es todo lo contrario. No me refiero a fuerte en el sentido de levantar grandes pesos, matar a quien ella quiera o ese tipo de cosas, existe mucha gente así en Panmen pero para sobrevivir en la Arena se necesita otro tipo de fuerza. Una fuerza que haga que te levantes por las mañanas y sigas luchando. Una fuerza que no te deje rendirte, que no te abandone, que te obligue a levantarte y a tener esperanzas. Una fuerza interior que te diga que todo puede salir bien. Cristina ahora tiene un aspecto frágil, esta algo sucia y ha perdido peso en estos días, su cara es un poco más pálida pero aun así esta guapa. Calculo que tendrá más o menos mi edad, año arriba, año abajo. Es una chica rubia con una sonrisa preciosa, tal vez parezca inocente pero espero que pueda sorprendernos en la Arena y sepa luchar bien, eso la mantendrá a salvo, aunque no la he visto utilizar ningún arma nunca. Joel en cambio es mayor que nosotras, él es fuerte, en todos los sentidos. Seguro que ha mantenido con vida a Cristina gran parte del tiempo, a él se le ve más optimista, dispuesto a luchar. Joel es el chico por el que cualquier chica caería rendida, el es apuesto, no lo niego, pero es más que eso. Joel es una buena persona, es simpático y gracioso, el día de la cena se mostró como era realmente y vi en él un chico encantador. Joel para mí sería un gran amigo, en otras circunstancias claro. No sé qué hare cuando crucemos la zona pero debo irlo pensando. De repente me doy cuenta de donde estamos. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me he dado cuenta de lo rápido que hemos avanzado. Mis brazos se abren y me paro en seco, dos cuerpos distraídos chocan contra ellos. Me miran de forma extraña y me limito a contestar.

-Parad, un paso más y estaremos en la zona.