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sábado, 24 de septiembre de 2016

A mis lectores

Hola a todos los lectores y a los novatos, bienvenidos.

Hoy os escribo por una razón que he considerado mientras visitaba el blog hoy.

Este blog lo creé en 2012, por aquel entonces tenía 15 años. Ahora voy camino de cumplir 20. La idea de crear un blog surgió contándole a una amiga la historia que imaginaba que ocurriría tras finalizar la tercera parte de una fantástica saga. Por aquel entonces, con bastantes pájaros en la cabeza, mi única intención era compartir con ella lo que en mi cabeza había resonado. Mis intenciones no iban más allá de aquel simple gesto, pero con el tiempo tornó en un blog. Este blog.

Por supuesto, jamás contemplé la posibilidad de que el blog se diese a conocer. Con 15 años fantaseas con la idea de llegar a ser una increíble escritora. A pesar de que mi terreno eran las ciencias, parte de mí nacía en las letras.

A medida que pasaba el tiempo y volvía atrás en mis escritos, más pensaba en aquella insensata y valiente niña que se propuso escribir una novela y publicarla a ojos de todos. Insensata por no saber más que juntar letras y considerar aquello escribir. Rebelde, por hacer caso omiso de reglas de puntuación, así como a otras tantas que me he saltado con el paso del tiempo. Abusona, con los adjetivos, porque quería que todo el mundo pudiese observar aquello que con tanta facilidad yo imaginaba. Y valiente, por atreverme a leer cada crítica, buena o mala, y enfrentarme a ella con más cabeza que corazón, para aprender en vez de venirme abajo.

Surgen recuerdos en mí, como aquellas horas tecleando en el ordenador. Mis dedos no podían abarcar el terreno que, con una gran ventaja, recorría mi cabeza. Quería escribir todo lo que pensaba, pero no había palabras a la altura de tana imaginación. No daba abasto. Desde el principio no di abasto.

Y la historia fue creciendo. No creció por los capítulos, si no por los lectores. Cada vez más gente se unía a ella, cada vez más gente escribía, cada vez más gente ayudaba. Con cada consejo bueno, con cada crítica, el blog se hacía más y más grande.

Este blog me ha traído cosas maravillosas. He aprendido con él, muchas cosas de mí misma. Y he aprendido contigo, con vosotros, lo que no está escrito y jamás se podrá redactar.

Me avergüenzo de lo que he escrito con tanta imaginación y tan poca prudencia. O tal vez no. Si no hubiese practicado en este blog, no habría evolucionado tanto en mi forma de escribir, que tan poco se parece a la de aquella primera vez. Siento que todo se me queda pequeño, quiero abarcar más y desearía escribir de una forma diferente que actualmente es completamente mía, pero no puedo cambiar a un estilo tan diferente habiendo comenzado con otro la historia. Es por ello que siento que se queda corto, y eso hace que yo me quede parada.

Habéis compartido conmigo mi evolución no solo como escritora, sino como mente pensante. Siempre he intentado escribir bajo el mismo estado de ánimo, para que no sesgara mis escritos. Pero, creo fielmente que una parte del escritor siempre queda en ellos, y por consiguiente, en sus lectores. Habéis pasado por distintas etapas en mi forma de escribir, a pesar de ello (lo peores o mejores que fuesen los capítulos en aquellos momentos, muchas veces publicados con prisa, siendo ellos mismos borradores de los futuros capítulos que me gustaría editar) habéis seguido leyendo.

Mi pensamiento ha cambiado con el tiempo y eso ha provocado una inmensa dificultad a la hora de escribir esta historia. En los dos últimos años, o incluso podríamos hablar de un tiempo mayor, apenas he publicado. Si bien es cierto que ideas no me faltan, algo hay que me impide hacerlo. Podría hablaros de los borradores que tengo escritos en mi ordenador, o de la cantidad de veces que he pensado en publicar un capítulo nuevo y finalmente, no lo he hecho.

Si hace tanto que no escribo, no es tan solo por mi falta de tiempo en el día, es porque quiero que los libros conecten entre ellos, pero cuanto más me fijo, más diferencias encuentro. Pareciendo escritos por diferentes personas, cada uno abarca una parte distinta de mi estilo a la hora de escribir. Uno tiende a ser más alocado, contando los desvaríos que en mi cabeza se hallaren. Otro, intenta describir con algo más de gracia, aquellos sucesos que quiero narraros, siendo más prudente la escritura.

Tengo que frenarme, para no acabar con el estilo del principio. Pues ya no escribo así, y no puedo cambiar de repente a lo que mis lectores se han acostumbrado. Esa dificultad, añadido a la escasez de mi tiempo, son lo que me atan a no publicar. He de añadir, que me gustaría desde hace dos años atreverme al giro radical que desde un principio pensé en darle a mi historia; y que, seguramente, no sea apreciado por muchos de vosotros.

Ahora queda la decisión de tomar ese riesgo, o ir por la puerta fácil y el manual de escritura para tener lectores contentos. Aunque como ya os dije en su momento, este blog lo empezó una novata escritora, sin mucha cabeza y con pocas ganas de seguir reglas. Quizás es hora de recuperar aquella vitalidad e ilusión por un blog que, actualmente, está desmantelado.

A ti, a vosotros, me gustaría daros las gracias y animaros a que sigáis escribiendo en el blog. Porque lo mejor de tener lectores, es que puedes aprender de ellos, de sus críticas, de sus reacciones, de sus consejos...

Con poco más que decir, y muchas decisiones que tomar, me despido. Pero tranquilos, esto no va a ser un adiós, solo voy a buscar aquello que perdí, para traeros una segunda parte lo antes posible. Muchas historias son las que quiero contaros, muchas palabras son las que quiero juntar, poco tiempo es el que tengo para plasmarlas. El día que por fin lo haga, no dudéis, seréis los primeros en saberlo.