Seguidores

domingo, 15 de diciembre de 2013

¡Sigo viva!

Como podéis ver esta entrada es corta pero es que ni si quiera sé si va a publicarse. Como ya sabréis problemas en el sistema no me han permitido ni publicar entradas ni contestar comentarios. Os he ido informando en twitter que por suerte, funciona correctamente.

He de decir que no se qué pasaba pero creo que ya se ha solucionado, lo comprobaré en cuanto vea que esta entrada está en el blog. Si es así, contestaré a todos los comentarios en esta misma mañana y dedicaré media hora o así al blog.

Sigo sin saber que ha ocurrido pero si estáis leyendo esto es porque estoy de vuelta y el capitulo 3 por tanto no tardará en llegar.

Quería agradeceros a todos los lectores anónimos el seguir metiéndoos cada día, y a esos 202 seguidores de blogger (impresionante como hemos crecido) que sigan el blog a diario.

Deciros que si os fijáis en el marcador, en el día de hoy veréis  300.000  visitas, y eso es algo que emociona en serio. Gracias.

Os informo además de que tengo una entrevista para una revista online, aún no tengo detalles pero la verdad estoy impaciente por saber más :)

Espero no tener más problemas con blogger.



El más sincero de los perdones, y un saludo enorme de vuestra escritora


P.D: HE VISTO EN LLAMAS.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

RBC in worderland + ¿capitulo 3? ➶

Hola a todos, ¿entrada rápida? Puede, pero tenía que avisaros de unas cositas... ¡Sorpresa!

LA PRIMERA, esta mañana abro el correo y me encuentro con un sorprendente correo como otras tantas veces, del autor http://rbcbook.blogspot.mx/. ¿Otras tantas? Sí, pero nunca para de sorprenderme con sus iniciativas. Y mira que yo descubrí el blog de casualidad, pero cuánto me alegro. Por sus películas, sus entradas, sus concursos y todo... Os parecerá que esta última es una manera de hacer publicidad a su blog, que si da a like, que si publica con mi blog, que si añade a twitter, pero a mi no. Me parece de lo más justo, además sabéis que por twitter muchas veces os digo que me paséis vuestro link y lo publico. ¡Todo lo que sea ayudar a dar a conocer a otros blog, adelante! Así he hecho absolutamente todo, incluido poner su banner (que bien ha quedado oye) a la derecha. ¿Y todo esto para qué? PUES PORQUE PARTICIPAMOS EN UN SORTEO DE UNA PORTADA ILUSTRADA PARA EL LIBRO. ¿SABEIS LO BIEN QUE QUEDARÍA EN EL PDF ESTA INCREÍBLE PORTADA? Pf... ojalá ganemos.

Dicho esto, y anuncio dado, decir queda que el capitulo 3 se publicará el viernes que viene, si puede ser antes pero lo dudo. ¿Por qué? Problemas personales y complicaciones que ha habido en las ultimas semanas, lo siento... Pero eso sí, no dejéis de pasaros por el blog, que un adelanto del capítulo 3 rapidito y que os deje sin respiración, no os lo quita nadie.

Aprovecho para recordaros la idea que publiqué en twitter del 'personal blog' ya que quiero opiniones vuestras. Si alguien no la ha visto porque no tiene twitter o lo que sea, que haga click JUSTO AQUÍ porque de verdad, lo considero interesante.

Empezaré el PDF estas navidades, la primera semana de vacaciones espero tenerlo ya leído del todo para empezar a corregir, añadir, quitar, cortar, y separar por capítulos. Además de la idea que muchos tenéis de traducirlo a inglés.

Y nada, aprovechar esta entrada para comentarme lo que queráis, comentarios libres para decir lo que queráis referente al blog, a la historia, a twitter, a fb, a mi... LO QUE SEA.


PD: Tengo pendiente...


✓ Menciones de twitter
✓ Página fb
✓ Correos
✓/✗ Comentarios
✗ Capitulo 3

¡Será mejor ir a ello!


Besitos de parte de vuestra escritora ♥

sábado, 9 de noviembre de 2013

Capitulo 2


¡Hoy os traigo el capitulo 2!

Se me hace raro escribir ‘capitulo 2’ tras haber escrito ‘capitulo 60’ hace nada. En fin… Como siempre, atrasándome a la hora de publicar. Soy un desastre, lo sé. Y perdonadme una vez más, por favor, pero aquí esta. Estoy aprovechando este sábado por la noche, ya que tristemente no salgo, para escribir, contestar todo y obviamente publicar este capítulo mientras veo mis series preferidas online, cual friki, y busco mis futuras adquisiciones online ya que han vuelto a renovar temporada en todas las tiendas de moda. Me voy por las ramas… ¡Ah, sí! ¡El capítulo! Lo he traído recién escrito para vosotros. Es un capítulo especial, pensaréis que al principio todo se desarrolla lentamente, pero al final del todo encontraréis que la narración es más rápida, pero no mucho. He querido hacer el capítulo lento.

Como he visto que muchos os preguntáis a que se debe el juego con los narradores os lo diré, una de las razones de cambiar el narrados es el cambio del libro, ya que es la segunda parte, y ocurre algo en este capítulo y el siguiente que es la clave de que el narrador ahora sea omnisciente.

Espero estar pronto de vuelta con el capítulo tres y que este capítulo os guste y os conmueva.  Y por supuesto, ojala estéis disfrutando de este último libro J

Recordad que para contactar, comentarios, el correo que sí que me mandáis varios: andreaeverdeen@gmail.com o twitter @Andrea_Everdeen. Tal vez elimine la c-box para que vaya más rápido el blog en los móviles y tablet.






***





Las horas pasan, el sol se va moviendo. Finnick monta guardia en la cueva, escondida tras unos matorrales. Sin embargo, no está atento a Gale, porque en realidad lo que está haciendo es tratar de no pensar lo que ocurre en el banquete. Banquete, sacrificio, venganza, hay muchas formas de llamarlo. Oportunidad para salvar a tus seres queridos, así lo denominan ellos, aunque no tendrían que salvarles, si el Capitolio no les hubiese condenado ya.

El joven no oye la voz de Clover que anuncie nada. No oye cañonazos. Cuando no puede más se levanta, deja a Gale la comida y el agua, le pone la mano en la frente para comprobar si su fiebre ha bajado, como no lo ha hecho, moja de nuevo el trozo de camiseta y se lo pone en la frente. Se para a pensar detenidamente sobre sus acciones, planteándose que debería hacer realmente y que es lo que él quiere hacer. Pero a veces no te queda opción y hay que decidir. Su decisión era obvia, teniendo en cuenta, que Amy le había pedido a Finnick el mantenerse al margen, cuando el chico arriesgaría cualquier otra vida por ella, incluso la suya. Refresca un poco todo el cuerpo de Gale con el agua que queda el botellín que anteriormente había usado y cuando acaba, coge su cuchillo y se dirige hacia el banquete. No se perdona el dejarle allí solo, pero se jura a sí mismo no le va a pasar nada. No le puede pasar nada. En cambio, no puede pensar lo mismo de Amy, ella había ido a un baño de sangre incluso sabiendo, que no saldría viva de allí.

Corre tan rápido como puede porque sabe que la orilla está muy lejos. No escucha nada que anuncie como van la pelea, lo que le hace pensar que podría no haber empezado. Tal vez llegaría a tiempo de evitar que Amy entrase. A tiempo de evitar su muerte. Sigue corriendo, en apenas una hora a recorrido casi el doble de lo que habría hecho con normalidad. De repente, oye un cañonazo. Se para, con temor a quien ha sido la persona que ha podido morir pero reacciona con rapidez. La pelea está ocurriendo mientras él está quieto, así que sigue corriendo, cada vez más cerca de la orilla. El baño de sangre ha comenzado. Sin más, se oye un grito estremecedor con su nombre; un Finnick, que le pone los pelos de punta, las manos tensas, que hace que su corazón lata con más fuerza que nunca, y una sola palabra en mente: Amy. Sabía que tendría que haber ido él a por la mochila, dejar que fuera ella quien se ocultase montando guardia, cuidando a Gale, porque así no correría tanto peligro. Insistir habría sido lo que debería haber hecho. Olvidarse de sus “es mi hermano, Finnick”, de su mirada suplicante, y gritarle que no. Sin embargo, tiene que pensar que todo va a ir bien para controlar el sabor de la culpabilidad, que circula por todo su cuerpo. Corre, sólo corre, tienes que llegar para salvarla, se dice una y otra vez. Los minutos pasan pero demasiado lentos porque es incapaz de ver aún la orilla. Los segundos cada vez se hacen más eternos hasta el punto en el que parece que el tiempo ya no corre, que se ha congelado todo enfocando todos sus pensamientos hacia una sola cosa. Sabe que está cerca pero no lo suficiente. El miedo aparece como una manta en pleno verano, asfixiante, desesperante, el sudor empieza a recorrer su cuerpo y la respiración comienza a abandonarle. Mira al frente desesperado, es capaz de ver la orilla. Pero algo le frena, escucha de nuevo otro cañonazo.

Ese cañonazo le destroza por dentro, se para y respira agitadamente intentando no asfixiarse. Apoya sus manos sobre las rodillas y se agacha un poco. Sus ojos quieren llorar, su corazón quiere dejar de latir pero su cabeza quiere seguir. Se lo ordena una y otra vez y hace resonar ese grito que oyó con anterioridad, ese grito que llevaba su nombre. Torturante, pero es lo único que le obliga a seguir. Los recuerdos se clavan como flechas haciendo mayor daño del que haría una de verdad. Debe conseguir llegar junto a Amy cuanto antes. Avanza lentamente. Empieza a correr de nuevo con un paso algo más torpe debido al temor que invade su cuerpo. Tiene heridas en los brazos porque no se ha molestado en apartar las ramas que arañaban su piel por el camino, el tan solo quiere correr, quiere llegar, y lo había conseguido.

Al llegar al sitio del banquete observa la escena, ve a Colin alejarse de una chica que se encuentra en el suelo, y a la chica del 13 huir hacia el interior del bosque, llevando consigo dos grandes mochilas sobre el hombro. Ve dos cuerpos flotando en el agua. En total cinco, hay seis mochilas, tal vez haya escapado. Se fija mejor en los tributos que hay. Sin embargo, lo que más atrae su vista no es la huida de sus competidores, ni esos cuerpos flotando, sino el que está en el suelo. Cuenta de nuevo. Uno y dos en el agua, tres huyendo al bosque, cuatro Colin alejándose y cinco… Es Amy retorciéndose en el suelo, dando gritos ahogados de dolor. Desesperado, ordena a sus piernas a ir más rápido. No puede fallar ahora, prometió que la mantendría con vida, prometió llevarla a casa. Cuando llega al agua nada como le enseño una vez su madre y no tarda ni un minuto en llegar a la Cornucopia. Al llegar junto a ella y ver la sangre, la herida que tiene en el estómago, cree que es una ilusión. Piensa que es todo falso, que no está pasando. Pero la camiseta está empapada, empapada de sangre suya. Lo primero que siente es miedo. Miedo por si la pierde. Odio. Mucho odio porque una vez atrás pudo matar a Colin. Y odio por Amy, sobre todo por ella, porque es una cabezota, porque decidió ir sola, porque quiere morir en la Arena. Porque no quiere luchar por su futuro. Por el futuro de ambos. Porque renunció a las esperanzas. Porque no quiere seguir viviendo.  

La mira detenidamente. No solo está herida, también algo magullada. Tiene cortes superficiales en la cara que sangran débilmente. Esta muy débil y pálida por la sangre que pierde a causa de la herida del estomago. Las muecas de dolor aparecen en su cara, pero poco a poco se desvanecen dejando paso a sus lagrimas. Empieza a suplicar, a gritarla, le dice lo mismo una y otra vez intentando que su voz no se corte, que suene segura.

-Amy no puedes irte, no te vayas ¿vale?, no te vayas. ¿Recuerdas una vez que me dijiste que no te abandonase? Ahora te lo pido yo Amy, abre los ojos por favor. No puedes irte, tienes que volver al doce, te sacaré de aquí, a ti y a tu hermano. Por favor Amy, no me dejes. Quédate conmigo.

Finalmente, consigue abrir los ojos y le ve arrodillado. Mueve los labios tratando de decirle algo, pero la voz le sale tan débil, que ni ella misma se oye hablar. Sin embargo Finnick intenta escucharla, intenta mantenerla con vida. Porque es lo único que quiere, lo único que necesita para vivir, Amy es la sangre que corre por sus venas, es la razón de que su corazón siga latiendo.

-Me he preguntado muchas veces… cuando aparecería mi cara-tose, con cada palabra, se para, a penas puede decir tres seguidas sin ahogarse. Y ella lo sabe, sabe que no le queda tiempo, ni fuerzas, ni palabras, así que se limita a decir lo que considera más importante- te amo Finnick, eso no pueden quitármelo.

sábado, 26 de octubre de 2013

Capítulo 1





¡Hoy os traigo el capítulo 1!

¿Qué raro suena el capítulo uno no? Os presento la segunda parte de mi pequeña continuación de los juegos del hambre. Tengo que advertiros de que las cosas van a enredarse mucho, he incluso demasiado diría yo. Estoy un poco en blanco pero de momento tengo capítulos para ir publicando. La razón de que esté desaparecida y de que el PDF no esté aún empezado son nada más y nada menos que los estudios. Pero he decidido publicar ya el primer, a pesar de que la prisa haya hecho que lo escriba un poco mal. No es muy extenso, pero tenía la necesidad de cortar ahí el capítulo. El siguiente capítulo creo que es el más importante que he escrito desde que empecé esta pequeña historia. Lo sé porque ya está casi acabado.

Tengo mil ganas de releer el PDF para reescribirlo todo y añadir las nuevas ideas, quitar otras etc así que intentaré sacar tiempo de donde no lo hay. Obviamente no se va a distribuir en 60 capítulos ya que van a ser muchísimo más largos de lo que lo son en el blog. Lo peor va a ser elegir los títulos de los capítulos y del libro… lo cual no había pensado hasta ahora, pero bueno.

No puedo enrollarme más ya que debo ir a estudiar pero en serio, cualquier cosa que queráis decirme, sabéis que leo todos vuestros comentarios y que me encantan. Y por último, recibiréis noticias mías y del blog en el twitter @Andrea_everdeen. Os mantendré informados cuando pueda, es más fácil escribir un tweet que no una entrada.

El capítulo me ha quedado ocho veces peor de lo que pensaba pero espero que no os parezca tan horrible como a mi.




-A.




***



Finnick no ha vuelto, Amy abre lentamente los ojos y se incorpora. Mira alrededor y se ve en su expresión de tristeza que la persona que esperaba encontrar no ha regresado. Es normal, no puedes pedirle a alguien vuelva tu lado si acabas de decirle que no le amas, que no te importa. Ella aún así, le sigue dando vueltas, sin poder evitarlo.

Se levanta y coge un trozo de pavo de las provisiones, se lo come en seguida ya que la prisa que tiene es mayor que su hambre. Bebe casi un botellín completo y se da el lujo de comerse un puñado de las bayas que quedan. Necesita fuerzas para este enfrentamiento. Necesita fuerzas para luchar, para sobrevivir, para volver con el medicamente. En definitiva, necesita fuerzas para salvar a su hermano. Come lo poco que le queda en su mano tranquilamente, cuando se siente totalmente renovada se levanta y va a por su arco.

De repente ve la sombra de una figura que aparece en la cueva. Asustada dirige de inmediato la mirada hacia su hermano, preocupada de que les hayan encontrado. No duda ni un segundo en coger el arco aún con más fuerza y colocarse en posición. Disparará en cuanto sea lo que sea que se está acercando, atraviese por la entrada de la cueva. La sombra avanza lentamente, las gotas de sudor producidos por el nerviosismo caen lentamente, controla el temblor de su cuerpo, pero su respiración lenta y entrecortada hace que la cuerda del arco vibre levemente en su labio. El sonido de las ramas hace que el miedo se apodere un poco de ella. Suenan unas pisadas fuertes, deciddidas. Es capaz de ver una fila de luz, producida por los rayos de sol que atraviesan los arbustos. No distingue la esbelta figura que está entrando por la iluminosidad que entra. Retrocede lentamente y oye un ruido detrás de ella, mira rápidamente y ve que el botellín que estaba vacío ha caído rodando al suelo. Calmada, se gira y levanta la vista de nuevo, con el arco en sus manos. Un débil grito se le escapa cuando ve que la figura ha avanzado y se encuentra justo en frente de ella. Mira bien a la persona que se encuentra de pie, es Finnick. Lo primero que siente es alivio. Deja caer el arco de su mano, donde se ven unas marcas rojas por la fuerza con la que lo sostenía. Su rostro se ilumina, y la felicidad lo persigue. Quiere correr hacia él, abrazarlo, pero sabe que no puede, asique vuelve a bajar la mirada y recoge del suelo su arco, dejando escapar un débil ‘has vuelto’

-Crees que tienes que cuidar de todos. Pero no tienes que hacerlo –el silencio es lo único que se oye en ese momento. Espera unos segundos sin recibir respuesta, aunque no la esperaba. Sabía que ella no iba a cambiar de opinión- Te prometí que cuidaría de vosotros, si no me dejas ir en tu lugar me quedaré cuidando de Gale hasta que vuelvas.

Ella levanta la vista, ignorando la frase de Finnick, pero no su presencia. Se cuelga el arco y sus flechas en la espalda y camina hacia Gale, le da un beso en la frente. Y se queda un rato observando el rostro malherido de su hermano. Acaricia su piel y su cara, dejando caer una sola lagrima por la lastima y el dolor que le produce. Después hace exactamente lo mismo con Finnick, un suave beso en la frente y deja escapar una frase que más parece más una súplica y una disculpa que una despedida <<Confía en mi>>. No dice ni una palabra más, no hace absolutamente nada.

Observa la cueva en la que ha vivido los últimos días de su vida. Incluso el infierno podría ser mejor que su situación actual. Piensa en cómo lo ha sobrellevado todo, se siente orgullosa de su fuerza, mas la decepción tras lo de su hermano la supera con grandeza.  Mira una vez más a las dos personas que se encuentran entre esas paredes frías y desaparece, dejando atrás la cueva, dejando atrás a su hermano, dirigiéndose a un baño de sangre asegurado. Lleva consigo lo que más necesita, la esperanza de que su hermano vuelva a casa sano y salvo, esa es la mayor fuerza que podría tener.

Al principio Finnick no sabe cómo reaccionar. Ve como Amy se aleja, escucha los arbustos colocándose tras ella, y sus pasos alejándose de la cueva, de él.  Piensa en si aún está a tiempo de evitar toda esta locura, pero las cosas quedaron muy claras la noche anterior. Mira alrededor y acaba sentándose al lado de Gale a esperar. Solo puede hacer eso, esperar a que acabe, esperar los cañonazos, esperar que la persona que más quiere vuelva a entrar con una medicina en la mano, esperar no perderla.

Se levanta y enciende una pequeña hoguera, apaga el fuego con su bota hasta que tan solo se ven los brasas, tal y como le enseñaron tiempo atrás. Comienza a cocinar algo que comer, lo hace para mantenerse ocupado. Para distraer su mente y no pensar en lo que realmente está ocurriendo mientras él está sentado.
Amy ha comido el ultimo trozo de pavo cocinado, solo le queda el conejo. Sus provisiones son más escasas que unos días atrás pero tienen para sobrevivir, y al fin y al cabo se trata de eso. Despelleja el conejo y lo divide en varios trozos. Tiene que repartir bien la comida si quiere que dure. Gale a lo mejor se levanta con hambre asique decide cocinar más de la mitad del conejo. Lo que sobra lo vuelve a dejar donde estaba y de lo que cocina se come la mitad. Está realmente hambriento, pero tener algo para comer ya hace que se sienta afortunado. Guarda en el plástico lo que ya está cocinado para que Gale lo coma más tarde. Mira al pequeño hermano de Amy y le acaricia la frente, sigue dormido. Tiene que montar guardia, tiene que proteger lo único que le queda. Saca su cuchillo y se queda mirando la entrada, no sabe que más hacer, no puede hacer otra cosa.

Los recuerdos de la noche anterior despiertan en el joven. La misteriosa sombra que le vigilaba, la oscura noche y el frio que helaba sus manos. Pero nada de eso le preocupó tanto como las palabras que había dicho Amy. Caminó durante varios minutos con la intención de alejarse de la cueva. Escuchó el himno del Capitolio y no vio ninguna cara en el cielo. Tan solo la idea de que Amy esté viva le reconforta un poco. Puede que la hubiese visto hace apenas unos minutos pero no estar a su lado hacía que sintiese un continuo remordimiento. Tampoco aparecieron las caras de Joel y Cristina. Aliviado dejo escapar una sonrisa al recordad las maravillosas personas que había conocido, y que por suerte, seguían con vida. La lluvia comenzó a empapar su piel. Sus amigos estaban vivos. Él estaba vivo. Pero no sabía cuánto podría durar todo así. Amy tenía razón, por primera vez Finnick entendió que solo uno sale con vida. Alejando toda la esperanza de él. Sabiendo que nadie iría a buscarles.

El chico vuelve a la realidad y mueve un poco la cabeza hacia los lados para despejarse de sus pensamientos. Mira de nuevo el cuchillo que tiene en la mano y empieza nervioso a jugar con él, dándoles vueltas, haciéndole girar sobre la yema de su dedo, de la que cae un fino hilo de sangre.



domingo, 22 de septiembre de 2013

Relato 60



¡Hoy os traigo el capítulo 60!


Hola, hola, hola, a ver, tengo mucho que decir y muy poco tiempo así que empecemos. ¿60 capítulos ya? Increíble lo mucho que hay que escribir y el tiempo que hay que tener para conseguir algo así ¿no? Pero sobre todo, es gracias a los fantásticos lectores que esto sigue adelante. Así pues, muchas gracias como siempre a todos.

  • Lo primero, este capítulo iba a ser más largo pero se ha quedado así por una única razón. Amy va a dejar de narrar en el siguiente capítulo. Circunstancias que pasarán más adelante me obligan a cambiar de narrador así que una vez más, opto por lo que muchos escritores de la literatura antigua e incluso algunos de la actual llaman “juego de narradores” se trata de variarlos a lo largo de una historia. Me resulta muy interesante y creo que puede dar mucho juego.


  • Lo segundo, las cosas comienzan a complicarse y creo que estoy enredando mucho en mi cabeza. Y no sé si os va a gustar… Por eso, he tenido una idea. Continuaré la historia como en un principio se me ha ocurrido. Haciendo algo diferente y realmente complicado, ya que es todo muy enredado.  Cuando el blog acabe, tal vez haga una historia alternativa a partir de unos capítulos más adelante. ¿Qué pensáis?

  • IMPORTANTE LEER ESTO ------------------------------>  Lo tercero, ¿y si divido la  historia en dos libros? Así podría jugar más y no se haría tan sumamente pesado. Esto significaría además, dos libros en PDF para que los tengáis y así podría ir preparando ya el primero. Vale, esto era una idea improvisada pero ahora mismo que estoy escribiendo esto me parece muy buena. Así que… 60 capítulos llevamos, creo que debería hacer dos libros. Sí, señor.


Eso es todo, este capítulo interesante lo que se dice interesante no es mucho pero… hay cosas importantes que leer. Espero que os guste y que comentéis las ideas.








***



La voz se corta, respiración agitada, recibo la información y la proceso. Intento ordenar mis ideas. Incapaz de encontrar un orden lógico en mi ajetreada mente, la cual ahora necesita ser más sensata que nunca. ¿Una cura? ¿Para Gale? Mi mirada se desvía de inmediato al indefenso niño que se encuentra tumbado dentro de un saco. Creo que mis ojos se han abierto y siento que me encuentro a miles de kilómetros del lugar en el que estos. Mis manos tiemblan débilmente, aunque no lo suficiente como para que nadie más que yo se dé cuenta. También siento un sudor frío bajando por mi cuello en forma de lentas gotas que simulan la tortura de lo que ahora mismo siento en mí. Mis pensamientos vuelven, ¿cómo un niño tan pequeño ha podido pasar por cosas tan horribles? No voy a permitir que siga así, no voy a dejarle morir, prometí que le sacaría de ahí y eso es lo que va a pasar. Me pongo en pie de inmediato, creo que mi cuerpo está actuando antes de recibir las órdenes porque tiene muy claro lo que debo hacer. Así que le sigo, sabiendo a lo que tengo que enfrentarme lo mejor sería actuar rápido, y esta es la forma de hacerlo. Pensando poco, pero sí lo suficiente. No tardo ni un segundo en levantame cuando un no, recorre toda la cueva. Miro de donde viene, Finnick esta cabreado, suplicante. Pero sé que nada de lo que me diga hará que cambie de opinión. Yo ya decidí hace mucho cual era mi papel y sé de sobra cual es mi final.


-No vas a ir, ¿me oyes? No te dejaré ir. Me da igual lo que me digas, me da igual que sea tu hermano, tú no pondrás un pie en ese banquete.
-¡Es mi hermano Finnick! ¿Qué esperas? No voy a quedarme parada a ver como muere.
-No va a morir -¿qué? No doy crédito a lo que oigo, si no voy a por la cura cómo no va a morir. No tardo ni medio segundo en averiguar lo que está pensando. Sus ojos hablan por él, no necesito que lo diga en alto.  Ya sé lo que pretende y eso si que no voy a permitirlo– voy a ir yo Amy.
-No, no vas a ir Finnick, no hay nada de qué hablar – empiezo a recoger la mochila y preparo el arco, quiero tenerlo listo todo para mañana.
-Exacto. No hay nada de qué hablar, me importas demasiado como para poner tu vida en riesgo así que dame una sola razón por la que no deba ir en tu lugar- viene hasta donde estoy, intento aguantarme las lágrimas y lo hago, mis ojos ni siquiera se humedecen. Tengo que ser fría, tengo que protegerle. Él me agarra del brazo y me mira a los ojos, siento que no voy a poder pero he de hacerlo por él, me mira extrañado y entonces parece que haya descubierto algo, no sé qué le pasa pero antes de que pueda replicar sigue hablando- Me amas, ¿real o no real? – no, todo menos esa frase, no puedo creer que me haga esto – me contaste la historia, yo no necesito responder la pregunta  Amy, me la contaste porque eres tú la que necesita responderla.
-No es real Finnick –su expresión cambia, no parece creérselo aunque su mirada tiene un aire de tristeza.
-Entonces ¿por qué nos besamos? –se acerca más y aprieta mis muñecas aunque no demasiado fuerte- Dime entonces, ¿por qué no quieres que vaya?
-También me bese con William y eso no quiere decir…
-Se que no quiere decir que le quisieras, estuvimos un día entero discutiendo cuando me lo contaste pero tú te interesabas porque te creyera, tú querías que te creyera.
-Finnick no le des más vueltas. No me importas nada. Todo este tiempo, tan solo me has importado como aliado. No tenemos futuro. Ni tú, ni yo, y mucho menos juntos. Ya te lo dije una vez Finnick. Fue un error. Todos esos besos han sido solo un error. Esto es espectáculo, ¿recuerdas? – mi voz se va cortando hasta que parece más débil que nunca, pero la retomo con más fuerza que antes, porque tengo que protegerle. Aunque esto nos mate a los dos.- Sabes que de aquí solo sale uno con vida, no quiero que vayas porque no tengo ningún derecho a dejar que te juegues la vida por nosotros, si hubiese sido otro tampoco le dejaría. No hay nada más aparte de eso, iré yo y no hablaremos más del tema. Lo siento, Finnick. Así es el Juego, solo sale uno y será mi hermano.
-No, soy yo el que lo siente. Siento no poder creerte.
Nuestra conversación ha acabado, se va por la entrada de la cueva sin decir nada, veo como sale y tan solo me quedo parada, observando la oscuridad de la noche.


Mi estado de ánimo es ahora mismo algo completamente indescriptible. Estoy ausente, siento que ya no pertenezco a este mundo. Siento que puedo soportar más daño porque ya no me afecta. Porque estoy muerta, muerta por dentro. Y en poco tiempo, lo estaré por fuera.

Reacciono, tengo prisa. Ahora no puedo hundirme, me lo prohíbo. Decido dejar la mochila, es mejor no llevar nada, cogeré rápidamente la medicina y volveré. Preparo el arco al lado de donde suelo dormir, nada más levantarme lo cogeré y saldré de la cueva. El himno del Capitolio me sobresalta, miro fuera, esta noche no ha muerto ningún tributo. Eso significa que hay más a los que enfrentarme. No tengo miedo a pelear, a luchar, a morir… solo tengo miedo de una cosa, perder a Gale y eso no puede ocurrir. La lluvia empieza. Salgo fuera para rellenar los botellines.

Finnick no está, no ha podido irse, no ha podido hacerme esto. Me calmo, respiro hondo. Es culpa mía, no puedo reclamarle nada. Si mañana no vuelvo habré perdido las dos cosas que más me importan en este mundo. A mi hermano y la oportunidad de decirle a Finnick lo que siento. Me gustaría poder decírselo, decirle que a su lado me siento bien, que cuando le miro algo recorre mi cuerpo poniéndome nerviosa, que le necesito a mi lado, que cuando estoy entre sus brazos me siento afortunada, que solo pensar en él hace que una sonrisa aparezca en mi rostro, pero no puedo, no quiero que se arriesgue por mi y sé, que si se lo digo no habrá vuelta atrás.

El agua roza mi piel refrescándome y me dispongo a llenar los botellines. Cuando lo hago entro de nuevo en la cueva. Gasto dos en limpiar a mi hermano, le refresco todo el cuerpo y mojo de nuevo el trozo de camiseta que le pusimos para bajarle la fiebre. Cuando está todo listo le unto un poco de la pomada que queda, casi se ha acabado y las picaduras de su cuerpo siguen igual. Quizás se note un poco la mejora pero desde luego, hasta que no se tome la medicina, no podrá salvarse.

Me quedo un rato observándole en silencio. Jamás podría vivir en un mundo en el que mi hermano no estuviese. Cansada de mis pensamientos decido acostarme ya que mañana necesitaré fuerza. Mis últimos pensamientos se extienden a ese mundo de sueños en el que aparecemos al cerrar los ojos. Mis padres, mi hermano, Gale, Haymitch, Finnick, toda la gente que me importa aparecen en un sueño que poco a poco se va tiñendo de una pesadilla que comienza atormentándome con todas esas personas que han muerto por mi culpa. 






P.D: esta idea ha sido improvisada pero creo que es buena ¿no? ¿que opináis? ¿voy preparando el primer PDF?



viernes, 6 de septiembre de 2013

Relato 59



¡Hoy os traigo el capitulo 59!



¿Qué tal estáis todos? ¡Cuantísimo tiempo! Hemos vuelto. Al final lo he conseguido, actualizar y publicar el capítulo 59. He de decir que me ha costado y he tardado bastante por algunas complicaciones pero aquí estoy de nuevo, cargada de muchas ganas y de muchas… sorpresas.

El blog no va a tener cambio de look por la falta de tiempo, por cierto. Al igual que no he actualizado todavía las nuevas afiliaciones ni he dicho nada de los tantos premios a los que debo una entrada (muchas gracias a todos).
El capítulo de hoy comienza lento pero a partir del final, la historia se os hará más intensa, todo ocurrirá más de prisa. Aunque a ratos meteré espacios lentos para que la lectura se haga más relajada. Admito que habrá un cambio de narrador en un poco… ¿por qué?  Pues eso ya lo descubriréis. Podéis ir sacando teorías.

Como siempre recibiréis noticias mías vía twitter (@andrea_everdeen) y adelantos. Dado que empiezo a estudiar YA no sé cómo va a salir esto pero de momento, intentaré seguir con la rutina de publicar todos los viernes (como hoy) y a poder ser, intentaré hacerlos más cortos pero dos por semana. ¿Os parece?

No me entretengo que sigo con las mismas prisas de siempre. Espero que la vuelta os haya pillado de sorpresa y que os haya gustado. Al igual que espero que tras tanta espera, disfrutéis de este capítulo.





***




No recuerdo muy bien como acabe tumbada en las rocas y tan dormida como estaba hace un segundo. Me incorporo y veo a Finnick, tan relajado que, cualquiera que le viese ahora, dudaría que anoche estuviese de aquella manera.

Me levanto a lavarme un poco la cara con uno de los botellines porque me encuentro algo cansada e incluso mareada, y como siempre digo, aquí hay que estar en plena forma si quieres sobrevivir. Odio esa sensación continua de mareo, todo se vuelve negro por un momento y es como si la cabeza se te fuese por unos instantes, lo cual, no es nada agradable. La sensación cuando se me pasa es bastante reconfortante. Acto seguido me dedico a cambiar a mi hermano, le lavo y le curo esas heridas que parecen empeorar por momentos. Está tan frío que parece hielo, está tan frío que parece que su vida ya se esté yendo.

Por detrás noto que alguien se agacha y me sujeta la mano, me quita el bote con la pomada y comienza a hacer lo que estaba haciendo yo anteriormente. He debido quedarme muerta en un punto fijo mientras pensaba en mi hermano, porque ni siquiera me había dado cuenta de que Finnick ya se había despertado.

Me siento a observar la escena apoyada en las rocas, le cuida como si fuese hermano suyo. Lo cierto es que todo lo que me importa podría centrarse ahora mismo en esa escena. Son mi debilidad, pero son mi punto fuerte a la vez. Suena irónico, pero es que esta vida es ironía en sí misma.

Me vienen a la cabeza mis padres. Encojo mis rodillas y las sujeto con los brazos, entrelazados como si me diesen protección. Les echo tanto de menos que duele. Les quiero decir tantas cosas que jamás podré que me hiela la sangre. Un último abrazo, una última vez para escuchar el precioso sonido de las carcajadas de mi padre, la risa acogedora de mi madre, ver sus sonrisas, sentir su calidez, su protección, su amor. Un minuto para sentir todo ello de nuevo y podría irme tranquila. Un minuto para decirles lo mucho que les quiero o lo mucho que me importan y podría irme en paz, sin miedos.

Es increíble cómo puedes depender de otras personas. Lo que impacta que ya no estén a tu lado. Lo que descubres cuando sientes que has perdido lo que en realidad te daba a ti la vida.

Pienso en el amor de mis padres. Ese amor eterno que todos comentaban. 
Nací escuchando sus hazañas, crecí orgullosa de ellos. Sabiendo que no había nada mas grande que el amor de mi familia, porque había superado tanto… era algo indestructible, parecía imposible de romper, imposible de separar. Éramos los cuatro, desde y para siempre. Y eso era lo más REAL que había en mi vida.

-Finnick, un día mi padre le pregunto a mi madre, ¿me amas real o no real?

Me sale tan solo que ni siquiera me da tiempo a pensar en por qué lo he dicho. Finnick, que estaba guardando ya todo, lo deja en el suelo con cuidado y se acerca a mí. Cuando está en frente de mi  suspira, noto como respira hondo, veo que nervioso se toca el pelo pasándose por encima la mano. Se ha apartado de mí, sus brazos no abrazan mi cuerpo como innumerables veces, esta vez están tensos. Con cuidado me incorporo un poco más y le levanto la barbilla hasta que nuestros ojos se juntan. Su mirada dice tantas cosas, muestra de todo, de todo menos indiferencia. Temor, nervios, amor. Él ya me lo ha dicho, me lo ha demostrado y es hora de que yo me rinda, no quiero irme sin decírselo.

Sin decirle que no puedo parar de pensar en él. Sin decirle que me he acostumbrado a su olor, a tenerle cerca, a mirarle a los ojos y dejar escapar una sonrisa que me hace sentir estúpida. Sin decirle que sueño despierta con el día en el que aparezca por detrás y me abrace, tras darme un beso en el cuello como suele hacer aquí. No puedo olvidar cuanto se preocupa por mí, tampoco cuando me abriga si nota que tengo frío  Las veces que ha mostrado interés, acercándose a mí a pesar de todo. Sin tener en cuenta nada ni a nadie. Tengo mucho que decirle, como por ejemplo que estoy harta de dejar escapar oportunidades, aquí dentro he aprendido que la vida es cuestión de segundos y yo ya la he desperdiciado bastante. Supongo que el primer día tendría que haber sido más segura de mí, menos responsable y más egoísta. Tendría que haberle dicho lo que sentía, que me ponía nerviosa, que me encantaba que me hablase o estuviese cerca, que a su lado los segundos se hacían eternos o que su sonrisa me encantaba. Aún no sé si es una broma del destino, el acabar aquí con él y ambos, encerrados. Pero sé que me he cansado de todo, que ya no soy la misma, que he aprendido una y otra vez de mis errores y que él, él es el error que quiero cometer.

Digamos que lo complicado es reunir el valor para hacerlo, pero si hay algo que sé, es que esta vida es para los valientes.

-Finnick lo que yo intento decir es que yo… -oigo un pitido constante, como cuanto enciendes un micrófono, me pongo la mano en el oído y miro a Finnick- ¿has oído eso?
-¿El que Amy? –me mira extrañado, yo intento descubrir que es ese sonido, doy una ojeada a todo el refugio pero no encuentro nada. Él me agarra la mano y gira mi cabeza hasta que me encuentro de nuevo con sus ojos, esos ojos en los que el mar se refleja, que hacen que desconecte del resto del mundo. -Yo no he oído nada, lo único que he oído es a ti, y no has acabado de…
- Buenos días tributos, por fin todos habéis despertado –algo interrumpe a Finnick. Es el sonido que oí antes pero seguido de una voz. Esa voz la reconozco, es su voz, es la voz de Clover, un escalofrió recorre todo mi cuerpo, mi espalda- bueno, espero que os alegréis de escuchar mi melodiosa voz. Vengo a daros buenas noticias. Tras nuestro intento fallido de juntaros y dadas las consecuencias, hemos decidido hacer un banquete. Sé que la idea de los insectos mutados no salió del todo bien, somos conscientes de la equivocación, la idea era que huyeseis pero el veneno era demasiado fuerte como para ello. Aun así, no somos tan crueles como muchos pensáis, tras escuchar algún cañonazo decidimos parar. Eliminamos los insectos. Muchos de vosotros nos debéis ahora mismo la vida. Vuestra recompensa por lo sufrido es el banquete. Este tendrá lugar mañana en la Cornucopia por lo que los tributos que están allí deben irse de inmediato. Cada mochila contiene lo que necesitan los tributos, medicinas, u otras cosas que convienen. Por si lo dudáis, la fiebre no se irá y los síntomas tampoco, solo irá a peor hasta que, el afectado por este veneno, muera. Cada mochila estará marcada con un número, si queréis salvar a los vuestros os deseo un feliz baño de sangre. Que la suerte esté de vuestra parte, tributos.


miércoles, 21 de agosto de 2013


Hola a todos !

Lo primero deciros que no se como saldrá esta entrada ya que la estoy publicando desde el móvil. Llevo media hora porque me va super lento el Internet aqui y me está gastando muchos megas además.
El motivo de esta entrada es porque igual que los correos los leo y contesto, los comentarios los tengo asociados al gmail para poder estar al día aunque no los responda desde aqui. El caso es que he leído comentarios diciendo que no había avisado de que me iba, y si que lo he hecho repetidas veces. También de que he abandonado el blog o que ya no me intereso por él. Pues bien, estoy de vacaciones y hasta septiembre no vuelvo. Para el capítulo anterior conseguí un portátil para hacerlo, pero no he vuelto a coger un portátil así que mi utima opción ha sido escribir desde el movil deprisa y corriendo para pediros paciencia.

Entenderme, tengo 16 años y estoy disfrutando de mi verano con mis amigos antes de entrar en bachillerato y empezar a preocuparme todo el rato de los estudios. Digamos que creo que a lo largo de estos casi 60 capítulos he dedicado tiempo y esfuerzo suficiente al blog como para tomarme un descanso. Se que fastidia porque soy lectora y a mi las esperas no me gustan pero a veces hay que tener empatía. Tampoco os he abandonado, tuiteo cuando puedo en la cuenta del blog (@andrea_everdeen) y respondo correos. Así que abandonad las exigencias y todo ese tipo de quejas acerca de lo que tardo o sobre el por que estoy de vacaciones.

Tengo exámenes importantes el 5 y el 9. A partir de entonces publicaré dos capítulos por semana he incluso si puedo tres para compensar el "abandono". Esperad hasta entonces con la misma ilusión de siempre y cuando vuelva sabré quienes son los verdaderos seguidores.

Ojalá os esté gustando el diseño del blog y la manera de hacer las entradas con imágenes y distintas letras, intento trabajarmelo para que sea más llevadero y dinámico, y a la vez quede sencillo pero bonito :)

Espero que estéis disfrutando al máximo de vuestro verano, aprovechar cada minuto del día y pasarlo bien. Un saludo enorme de vuestra escritora :)

viernes, 19 de julio de 2013

Relato 58




¡Hoy os traigo el capitulo 58!


Supuestamente lo publiqué hace unos días pero BLOGGER en vez de publicármelo, lo borro. Me he enterado de que no ha sido publicado gracias a vuestros correos. Me parece increíble lo que ha pasado. Me ha tocado reescribirlo esta mañana y encima no me ha quedado, ni la mitad de bien que el otro.

Bueno, no os entretengo muchos más. Deciros que los correos están todos respondidos pero los comentarios no ya que es más complicado hacerlo desde el móvil. Siento que me esté retrasando tanto con las vacaciones y todo eso, intentaré escribir en cuanto pueda.

Hablaros de que he decidido acabar la historia antes y acortarla un poquito más, por ello, se desarrollará tras este capítulo todo un poco más rápido.

Espero que os guste este capítulo, el cual es más calmado que los anteriores con las malas noticias, las muertes etc



POR CIERTO 160 SEGUIDORES :’)





***



Es madrugada aún cuando llego a la cueva. No sé la hora exacta porque el bosque es tan frondoso en algunas zonas que la vista es ciega y no eres capaz de ver ni un mínimo rayo de sol o de luz de la luna, lo cual te confunde.

No tardo en retirar las ramas agotada, y al entrar no pienso en nada. Suelto mis armas mirando mis manos fijamente y recordando lo que han sido capaces de hacer. Pero es así, me repito para sentirme menos culpable.

Miro a Finnick, evito a mi hermano pero acabo acariciando su dulce cara hasta darle un beso de buenas noches antes de acostarme sobre la fría roca. Y no puedo evitar pensar que es fría, pero que no lo es tanto como yo.

Me consumo en un profundo sueño que se apodera de mi, alejando el cansancio y los pensamientos y llevándome a un sitio de paz y tranquilidad.

Abro los ojos en ese momento, sobresaltada, mi respiración estaba acelerada, notaba como unas pequeñas gotas de frío sudor rodaban por mi frente y mi cuello, bajando con lentitud, lo que me recordaba a cuando...

Borro esos pensamientos, simplemente he despertado en mitad de la noche como otras tantas veces, repito en mi cabeza.

Quizás sean pesadillas que no recuerdo o la culpabilidad que me mata por dentro. Pero necesito descansar, he de hacerlo. Y ya es tarde, demasiado tarde para cambiar lo que ha sucedido.

Miro alrededor de la cueva. Un pequeño escalofrío me recorrió al ver a mi hermano, dormido, indefenso, con el cuerpo llevo de extrañas picaduras que lo apartan de mi poco a poco. Estoy tan centrada en no perder a mi hermano que no me doy cuenta de que Finnick también está despierto. Él es el único que consigue darme seguridad, pero ahora no. Está sentado, tembloroso, parece un niño pequeño. Pero un niño asustado. Verle así hace que me rompa a pedazos. Me acerco a él con cuidado y me siento en frente, manteniendo una ligera distancia entre nosotros. Le miro atentamente y él parece no darse cuenta. Sin más sube la cabeza, sus ojos confusos parece que miran tristes al pasado, no parece el Finnick que yo conozco. El Finnick divertido, distraído y juguetón.

Ahora simplemente está destrozado. Sentado en un suelo frío con la cabeza entre las manos, ocultándolas en sus rodillas. Eso hace que se me corte la respiración. Hace que quiera abrazarle, que quiera consolarle, e incluso hace que quiera llorar. Llorar porque verle así me duele. Y aún no entiendo por qué.

Traga saliva y levanta la cabeza. Pero no me mira a mí, tan solo mira hacia otro lado, nervioso. Me pregunto si he hecho algo para que esté así. Me pregunto si soy la culpable de que el brillo de sus ojos se haya ido. Tal vez fuese dura con él por lo de mi hermano, quizás esté así por ello.

Su voz me rescata de mis pensamientos como innumerables veces ha hecho antes, pero está vez su voz tan solo es un pequeño susurro.


-Solo ha sido una pesadilla.
-¿Una pesadilla? –Puedo notar en mi voz que realmente estoy sorprendida, no esperaba esa respuesta- ¿Por qué no me has despertado?
-No quería preocuparte
-¿Desde cuándo tienes pesadillas?
-Te sorprenderías- una sonrisa irónica aparece en su rostro. Ha dicho que me sorprendería, repito. Agarro su mano y la acaricio por encima. Le había tomado por el chico fuerte, duro pero a la vez dulce, jamás supuse que tuviese pesadillas, ni imaginé que estuviese asustado por algo. Se le ve tan tranquilo siempre, tan seguro. Todo este tiempo ha tenido pesadillas y yo ni siquiera he sido capaz de darme cuenta de ello. Soy egoísta. Creo que ve por la expresión de mi cara que me siento culpable, intento parecer inexpresiva, borrar cualquier rastro para que no se sienta mal, pero como siempre, él se da cuenta- no te preocupes, las tengo desde niño Amy. Es solo que ahora han cambiado, ahora son diferentes.
-¿Desde niño?-algo se mueve en mi interior. Su voz es apenas un hilo, se rompe ha cada palabra y temo que se rompa él también- Finnick, ¿de qué son tus pesadillas?


Baja la mirada triste. Parece asustado por algo, parece destrozado. No debería haber preguntado. Me siento fatal, le veo tan hundido, él está realmente mal y no puedo hacer nada. No debería haber preguntado, repito en mi cabeza. Podría decir con certeza que dolor es lo único que soy capaz de leer en sus ojos.


-Finnick, sabes que puedes confiar en mí.


Un minuto de silencio ocupa la cueva. Un minuto que se me hace eterno. Quiero volver a decirle algo pero también necesito que confíe en mí, así que simplemente espero, hasta que habla.


-¿Tu madre te ha contado cómo murió mi padre? –latidos disminuyendo, escucho sus palabras, se me para el corazón. Claro que  lo ha hecho, yo misma le pregunté una mañana que se despertó con sus pesadillas.  El padre de Finnick era muy importante para mi madre, de eso estoy segura. Recuerdo el dolor de sus palabras cuando me hablaba de él, es el mismo dolor que tiñe ahora las palabras de Finn. Siento que me voy a romper en pedazos- cada noche, de pequeño, soñaba con mi padre. Al principio estábamos en una sala, yo corría a abrazarlo. Cuando estaba a punto de llegar la sala desaparecía, aparecíamos los dos en una alcantarilla y allí imaginaba como fue su muerte. Siempre era lo mismo. Despertaba llorando y gritando su nombre.
-Finnick… -me doy cuenta de que no hay palabras que continúen la frase. De que solo puedo mirarle a los ojos y permanecer callada. De que no hay palabras que salgan de mi- yo…
-Ahora han cambiado –continúa hablando, lo que en parte me alivia pues no sé qué decirle- Esta noche no he soñado con mi padre.


<<¿Qué es eso tan malo que sueñas?>> pienso <<¿Por qué no me lo quieres contar?>>


-Eso está bien ¿no? –dudo un momento, vacilo ante la pregunta pero recuerdo su frase anterior ‘ahora son diferentes’. Pongo mi mano en su pómulo y acaricio suavemente su cara para tranquilizarle. Le obligo a levantar la vista y a mirarme a los ojos- Finnick, ¿de qué son tus pesadillas ahora?


No mira a otro lado, no evita mi pregunta, me mira a los ojos. Sus ojos se oscurecen, el terror se ve en ellos. Y sin más empieza a hablar.


-Te imagino muriendo de mil formas diferentes, nunca puedo hacer nada para salvarte y ni te imaginas el dolor que siento cuando me despierto. Es como si me faltase algo, es como perder mi propia vida.

Pienso en lo que acaba de decir. Sus palabras me han dejado sin respiración. Quiero decirle que no tiene de que preocuparse, que no voy a morir, pero ambos sabemos que es mentira.

En este momento desearía parecerme más a mi padre. Mi madre y yo nunca hemos sido demasiado buenas con las palabras, sin embargo padre… No sé qué hacer, me tiembla el labio inferior. Tengo que enfrentarme a esta situación sola y por una vez en mucho tiempo admito que necesito la ayuda de mis padres. Puedo sobrevivir, puedo cazar, puedo incluso… la palabra no quiere salir de mi, pero lo hace. Puedo matar. Pero, ¿Por qué no soy capaz de hablar con Finnick de esto? ¿Por qué no puedo hacer nada?


Estoy inmóvil, preocupada. Las palabras no van a alejar sus pesadillas, mis palabras no harán que se tranquilice. No sé qué hacer, así que me limito a hacer lo único que sale de mí. Me acerco a él con cuidado, y beso sus hermosos labios una vez más.