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jueves, 16 de agosto de 2012

Relato 19


Hola a tributos!
Hoy os traigo el capitulo 19! He conseguido un rato y he podido conectarme para publicar. Siento muchísimo la espera, ni siquiera sé como he conseguido este rato pero aquí estoy con el siguiente capítulo. Siento que mis vacaciones impidan la publicación pero no puedo mentir, la verdad es que me lo estoy pasando en grande. Buscare otro rato libre para el siguiente pero hasta entonces espero que os guste. La buena noticia es que tengo internet, la mala, no tengo apenas tiempo. Si público lo haré por la mañana pero no os prometo nada. Espero que os guste este capítulo y muchas gracias por leer el blog a diario J

Pdta: siento no comentar en vuestros blogs, mañana voy a pasarme por todos si tengo un rato libre y leo y comento las entradas J un saludo!

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Desde que apunte lo de Will en la roca ha debido pasar casi una hora porque diviso la colina y más abajo el desnivel. Avanzo mas, acelero el paso y sin quererlo me encuentro corriendo de nuevo, estaba tan absorta en mis pensamientos, tan tranquila con mi canción que apenas me he dado cuenta de que llevo todo el día fuera, de que ya ha anochecido. Me dirijo a la entrada no sin antes comprobar que nadie me sigue, es extraño ver que está todo tan tranquilo. El silencio en la Arena es como un descanso, como un respiro, pero a la vez tienes que estar atento, porque puede ser tu último silencio. Mi piel ya se ha secado, cuando me metí en el agua pensé en mi hermano, si salimos los dos de esta, si Finnick sale también, iremos al distrito 4 y haremos castillos de arena en la playa, nos bañaremos y disfrutaremos como nunca antes lo habíamos hecho. Será bonito de ver, de vivir.
Aparto los matorrales y entro en la cueva. Me aseguro de taparla bien para que no se vea nada. Coloco las ramas como siempre y después unas hojas que nos ocultan mejor. Miro por los pequeños agujeros que quedan y como apenas se ve nada decido dejarlo, estamos a salvo. Cuando entro Gale salta y me da un abrazo tan grande que ambos caemos al suelo, no puedo evitar reírme. Finnick está dormido, no sé si se habrá despertado en todo el día, espero que lo haya hecho. Le doy un beso a Gale en la frente, no quiero soltarlo, empiezo a hacerle cosquillas y ambos acabamos tumbados y riéndonos. Esto me recuerda mucho al 12, a mi casa. Mi hermano y yo estamos juntos, riéndonos como antes, no quiero que este momento acabe. Recuerdo a mama y a papa y me pregunto y abran sonreído al ver esta escena. Una voz dulce e inocente me trae de vuelta al mundo real.

-¿Dónde has estado Amy?
-Pues he ido a por algo de comer pequeño
- Menos mal porque tengo mucha hambre ¿Y la otra mochila naranja?
-Me la he encontrado por el camino, no sé que hay todavía, ¿quieres abrirla tu?
-Vale- se lanza corriendo a por ella y la abre, cuando me asomo la aparta- Yo la abro.
-Vale, tranquilo que no voy a quitártela- me siento en frente de él y sonrío- a ver, dime que tiene dentro
-Hay… - empieza a sacar cosas- una cuerda muy larga… una caja…
-¿Una caja? ¿Y que tiene la caja?
-No sé, espera un momento – veo como sus pequeñas manos intentan abrirla y como no puede se rinde y me la da - yo no puedo abrirla…
-Vamos a ver – la abro con cuidado y una sonrisa se dibuja en mi rostro- es medicina Gale, es una pomada para curar las heridas.
-¿Y también cura las heridas de cuando te caes de un árbol?
- Ahora veremos si las cura, pero seguro que si – no me puedo creer que se acuerde de lo del árbol, estaba casi dormida cuando lo dije, apenas me acordaba yo, dejo con cuidado la cajita a mi derecha y me dirijo a Gale- a ver qué mas tiene la mochila
-Pues tiene… tiene una bolsa de fresas y una caja de cerillas
-¿Fresas? ¿En serio? A ver déjamelas – cojo la bolsa intrigada, vaya el Capitolio lo ha pensado todo, en unas mochilas ponen un saco para que no mueras de frio y en otras fresas, medicina, una cuerda y cerillas, así no te mueres de hambre, ni de frio y mucho menos por una herida. Pero reconozco que estoy satisfecha. Hoy ha sido un buen día, un muy buen día, recojo todo lo que tengo y voy a la derecha de la cueva para organizar las provisiones, como veo que Gale se queda mirando le llamo para que me ayude- a ver pequeño, tráeme el botellín, ¿conejo ha sobrado? – Tras negarlo con la cabeza sonrío- ya lo suponía, ¿tienes hambre? Vamos a ver, coge tres fresas y te las comes mientras preparo la comida ¿vale?

Tras su tímida sonrisa las coge, se sienta encima del saco y se queda mirando lo que hago. Primero cojo los palos que nos quedan y empiezo a hacer una lumbre. Las coloco juntas y estreno la caja de cerillas, cuando está hecha, tapo con la bota hasta dejar las brasas. Tenemos bayas, fresas, un pescado y un pavo. Cuando voy a dejar la mochila en un lateral cae de ella un botellín. No me puedo creer que a Gale se le pasase algo tan importante. Esta vacio pero aun así es una buena noticia, esta noche tendremos aún más agua. Decido hacer el pescado porque sé que va a durar menos, cuando esta cocinado lo pongo sobre una especie de plástico que encontré al lado del botellín. Aviso a Gale para que coma lo que quiera y me dirijo hacia la caja que contiene la medicina. Rasgo un poco más mi camiseta y limpio las heridas de Finnick. No se ha despertado, pero respira.
Cuando Gale ha bebido agua y queda tan solo un poco decido usarla para limpiar a Finnick. Yo puedo aguantar un poco más, de todas formas no tardará mucho en empezar a llover, siempre llueve a la misma hora, justo después de los rostros de los tributos muertos. Limpio con cuidado cada herida y también le lavo la cara. Empiezo a untarle la pomada en las heridas, en algunas algo más porque son más profundas. Rezo para que funcione, como no puedo desperdiciar nada cierro la cajita y la guardo al lado del saco. Miro el poco pescado que ha dejado Gale y me lo termino. Estoy segura de que ha Finnick le hubiese encantado, el viene del distrito 4. Pensé que estaría despierto al llegar pero veo que está tardando más de lo normal. Tengo heridas superficiales de estos días pero no quiero malgastar la pomada.
Mañana por la mañana haré el pavo y nos daremos un buen festín, saldré a cazar  más cerca y buscaré algún palo largo que sirva para hacer una lanza. Puedo hacer unas trampas con las cuerdas y conseguir unas buenas presas asique no me preocupa si mañana gastamos el pavo. No quiero más riesgos, hoy he tenido bastante. Como tenemos suficiente comida decido darme un capricho y me como junto a Gale casi un cuarto de todas las bayas. Le digo que se acueste y que le avisaré cuando empiece a llover y no pone ninguna resistencia. Se mete en el saco, recuerdo el día que le acosté después del banquete. Es tan pequeño, le acaricio la frente y cierro el saco. Un beso en la frente y mi hermano cierra los ojos. Sonrió para mí misma y camino hasta el otro lado de la cueva. Me asomo por la entrada de la cueva y me quedo mirando las estrellas que hay en el cielo y pienso en como alguien que puede crear algo tan hermoso puede hacer cosas tan horribles.