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viernes, 18 de enero de 2013

Relato 44


Hola tributos!

Hoy os traigo el capitulo 44!

Veo que tenéis ganas de leerlo, estaba ansiosa por publicarlo y ver que pensáis… Aunque hoy no me convence nada la forma de escribir, no se que me pasa, aún así espero que disfrutéis leyéndolo.

Quería daros las gracias porque ya hemos superado las 71.000 visitas y es algo increíble pues apenas tiene tiempo el blog. Estamos creciendo mucho últimamente y cada vez somos más. Y bueno, 44 capítulos ya… es muchísimo, no pensé que esto iba a durar tanto, ni que seríamos tantos ni me imaginé nada de esto... pero sencillamente, es genial. Lo que sí sé es que ahora va a durar mucho más, tengo muchas cositas preparadas, algunas os gustarán más y otras menos pero espero no decepcionaros.

He intentado hacer el capítulo más largo que otras veces, BASTANTE más largo (que sepáis que iba a cortarlo mucho antes para que quedase interesante pero bueno, al final os dejo más), espero que disfrutéis de él y que os guste, o por lo menos que no decidáis matarme ni nada por el estilo. Creo que es un capítulo lleno de sorpresas, de esos de ‘enero’ así que disfrutarlo porque espero que os guste.

Tuve una idea que comenté por twitter-> @Andrea_Everdeen (los de twitter sois ADORABLES de verdad, me encantan vuestras menciones) pero para los que no tenéis os lo digo ahora… ¡He pensado hacer un libro de recuerdos cuando la historia termine! Con imágenes y acontecimientos importantes etc ¿Qué os parece?

Dato aparte… tengo que actualizar páginas como la de historia completa y capítulos (ahora lo haré). También tengo que afiliar a los nuevos, lo digo por si no estáis aún. Y además, no sé si sabréis que acaba ya la votación de la Lista de blogs en dos horitas por lo que tengo que prepararlo todo.

Creo que eso es todo lo que tenía que decir, disfrutad del capítulo, y decidme que os ha parecido en un comentario.

¡Espero vuestra opinión!



Besitos de parte de vuestra escritora 
que espera sobrevivir a  esto 


***


La persona que se encuentra detrás de mí gira mi cuerpo y lo pone de frente al suyo sin soltar mis muñecas. Puedo notar el dolor en estas por la presión de sus manos. Ha dejado de tapar mi boca pero no voy a gritar, no puedo gritar, si Finnick o Gale salen descubrirán donde están y les matarán también.

Rezo porque Finnick tarde en beber toda el agua, así Gale no volverá pronto. Pienso en cuando vuelva, me verá… muerta. Empiezo a calmar mi respiración como puedo, asumiendo que voy a morir esta noche. El temor que recorre mi cuerpo se ha llevado toda la esperanza. Sigo esperando un cuchillo que se clave en mi estomago, el hierro cortando mi cuello. Espero una sensación de dolor o alguna señal que me diga que estoy muriendo. Tengo los ojos cerrados y no puedo evitar preguntarme qué me va a pasar. Pero estoy más preocupada por la vida de Gale más que por la mía. Le he fallado, al igual que he fallado a mis padres. No podré llevarlo a casa.  

Siento como baja su mano arrastrando mis muñecas hacia abajo y con la otra mano me levanta la barbilla. Estoy confundida, no sé que pretende. Tal vez vaya a cortarme el cuello. Trago saliva conteniendo toda mi rabia, todo el temor, el miedo a morir. Voy a abrir los ojos cuando noto que sus labios se juntan con los míos, reconociendo a la persona que me estaba sujetando.

Noto su boca presionando la mía. Suelta mis muñecas acariciándolas esta vez. Siento su mano en mi espalda que me empuja hacia él dejándonos cada vez más juntos. Puedo notar su respiración, los latidos de su corazón, los del mío. Apoyo una mano en su pecho, le empujo hacia atrás con la mayor fuerza que puedo haciendo que nuestros labios se separen. Recupero un poco el aire y me acerco despacio, ahora que estoy en frente le doy tan fuerte como puedo en la cara.

La histeria corre por mis venas bloqueando mi mente, desearía gritar. Un grito de rabia, de odio, por el miedo que he pasado, por el temor de poder perder mi vida, pero solo me sale un susurro.


-No puedo creer que me hayas hecho esto, pensé… pensé que iba a morir.
-Tranquila… yo… lo siento, no quise asustarte –se toca la cara con la mano, una marca rojiza comienza a aparecer en su rostro, después me mira sonriente, se pasa la mano por el pelo, se acerca de nuevo a mí  y me abraza- jamás te pasará nada malo mientras esté aquí, te lo prometo.


Mi respiración es agitada, me aferro con fuerza a su abrazo. El temor que había en mí ha sido sustituido por calma, pero el susto no se me ha ido del todo de mi cuerpo. Tener la sensación de morir hace que pienses en todo, en lo que no podrás tener, en lo que no podrás vivir, en quienes dejas atrás. Te hace pensar en todo menos en tu vida. Si hubiese sido de verdad, si un tributo me hubiese matado les habría perdido, les habría perdido a los dos. Pensar en todo eso ha hecho que me olvide de lo que ha ocurrido. Finnick me ha besado. Estamos en la Arena y él me ha besado. Tengo la cabeza y las manos apoyadas en su pecho y él me rodea con los brazos. Soy capaz de notar cada musculo debajo de su camiseta empapada. ¿Qué acaba de pasar con nosotros?

Un grito de Finnick me rescata de mis pensamientos. Un grito que acaba con una respiración dificultada. Abro los ojos asustada, con la mano le levanto la cara que ahora mira al suelo. Tiene la boca abierta e intenta respirar pero es incapaz de hacerlo. Sus piernas fallan y su cuerpo pierde el equilibrio, le agarro con fuerza y descubro lo que ha pasado. Su camiseta está teñida. Teñida de sangre.

Está apoyado en mi prácticamente, no es capaz de sostenerse solo. Miro mi mano empapada tras haber tocado su camiseta. Empiezo a temblar un poco pero soy capaz de controlar mi impulso y me tranquilizo. Miro  al frente, sé que un tributo acaba de lanzarle un cuchillo pero antes de que pueda reaccionar ella sale corriendo. Lo único que he podido observar es que era una chica y parecía asustada. El peso de Finnick recae cada vez más en mí. Incapaz de sostenerlo cae de rodillas y yo caigo con él, le apoyo boca abajo y miro su herida. El cuchillo se ha clavado muy adentro pero necesito sacarlo. Le giro un poco para poner ver su cara, su expresión es de dolor e intenta decir algo pero le faltan las fuerzas. Le miro decidida y respiro antes de sacar el cuchillo.

-Escúchame Finnick,  ahora no puedes irte, no puedes dejarme. Me tienes que prometer que nunca lo harás ¿está bien? Voy a sacarte el cuchillo y tú vas a apretar mi mano. Después te curaré la herida en la cueva, no te vayas ahora, por favor.  Ahora no.

Mi última palabra a penas era un hilo de voz, el asiente y yo le giro de nuevo. Agarro su mano y con la otra cojo el mango del cuchillo. Su mano debería estar apretando la mía pero no tiene suficiente fuerza, está demasiado débil.

Respiro hondo y tiro del cuchillo, sacándoselo de la espalda. Un grito ahogado se oye por toda la Arena. Lo observo y empiezo a pensar. El cuchillo no es como los que tenemos nosotros. Parece estar hecho de acero, es duro y resistente. Su forma se adapta perfectamente a su mano obteniendo así gran seguridad a la hora de utilizarlo. La hoja es puntiaguda. La forma curva sirve para concentrar toda la fuerza en un punto lo que hace fácil el corte sin necesitar un esfuerzo excesivo, es un cuchillo para combatir de cerca. Prácticamente el corte sería como el de un hacha, pero un cuchillo así no es para lanzarlo. Recuerdo las lecciones de Haymitch, no tiene ningún sentido que lo lanzase. Habría tenido más oportunidades utilizándolo de cerca que lanzándolo a la espalda. Bailo el cuchillo en mis manos distraída. Soy una ingenua, si que tiene sentido. Se le ha desviado, este cuchillo no iba a parar a su espalda, en el cuello lo habría matado al instante. Sea quien fuere esa tributo, tenía muy claro lo que quería hacer. El miedo entra de nuevo en mí, tenemos que alejarnos de allí cuanto antes. 

A Finnick se le empiezan a cerrar los ojos. No, esto no puede pasar. Me niego a que ocurra. Cargo a Finnick en mis hombros y lo levanto poco a poco, pesa mucho pero puedo con él. Le llevo un poco a rastras pero consigo llegar hasta la cueva. Lo tumbo en el suelo como puedo. Tengo que salir de nuevo fuera. 


Miro a Finnick y decido que cuanto antes salga antes volveré. Dado que no he puesto las ramas al venir ahora voy más rápido. Cuando estoy fuera miro a todos lados e intento darme prisa. Cojo los botellines llenos, el cuchillo y unas hojas grandes. Entro de nuevo corriendo y dejo todas las cosas. Me arrastro hasta donde se encuentra Finnick. Su cara empalidece por momentos.  Sonrío nerviosa reprimiendo las lágrimas y le quito la camiseta. Le seco con esta y le pido a Gale que se aparte del saco. Le tumbo encima. Gale al principio estaba asustado y con los ojos muy abiertos, pero estaba callado. Ahora no para de hacer preguntas, yo misma no paro de hacer preguntas. Siento que  mi cabeza va a estallar de un momento a otro.

Vuelvo a respirar hondo para calmarme. Tengo que actuar rápido, Haymitch siempre decía eso. Cojo un botellín y limpio la herida. Le pido a Gale la pomada y la reparto por toda la zona. Gale está atento a mis movimientos pero está en silencio sentado. Mojo también la camiseta y se la ato alrededor de la cabeza a Finnick para controlar su temperatura. Quito la venda que tengo en mi pierna, vuelvo a por otro botellín y la lavo hasta que está completamente limpia. Parto en cuatro cachos una de las hojas grandes y la coloco sobre la herida con la pomada. Giro un poco el cuerpo de Finnick apoyándolo un poco sobre mi rodilla. Comienzo a dar vueltas con la venda alrededor del cuerpo de Finnick, paso la venda por su pecho y hasta llegar a la herida y así las vueltas que llegan haciendo que la hoja con pomada quede bien apretada. Ato con un nudo sencillo la venda y doy por finalizado mi trabajo. Cuando acabo salgo a rellenar los botellines que había gastado. Llevo conmigo el arco con tan solo una flecha.