¡Hoy os traigo el capítulo 7!
Hoy, tras bastante tiempo, al fin tenéis al menos un par de párrafos que leer. Como siempre, esta página es tan solo un borrados de lo que espero, que cuando tenga tiempo, se convierta en una historia en condiciones. Con buena redacción, nuevos capítulos, más descriptiva y con mucho más vocabulario, y no tal sencillez. Espero, aún así, que disfrutéis de los borradores que voy subiendo.
De verdad, me gustaría escribir más rápido y fluido, publicar antes y tener tiempo para contestar a cada uno de vuestros comentarios y correos, que no dudéis, leo. Pero actualmente es un poco imposible.
Si me seguís en instagram o en el twitter del blog, veréis que también están algo abandonados, últimamente lo tengo todo así, no es que haya abandonado, es que estoy algo ausente, por decirlo de alguna forma. Aún con esas, si estás leyendo esto, gracias, porque significa que a pesar de tiempo, sigues aquí, espero que impaciente por leer las nuevas palabras que han salido de apretar las teclas de mi portátil. Disfruta mucho de cada una de ellas, y espero tener más de vuelta.
Me gustaría hacer muchas reformas en el blog, además de crear algo donde pueda escribiros aunque sea un par de frases cada pocos días para que sepais de mi, recomendaros algún libro, grupo o película, incluso algún lugar que ver, recetas, cosas sencillas y útiles, o una simple foto. Para que veáis que aunque ponerme a escribir es difícil, no quiero dejar esto sin más. Pero si no puedo con uno, llevar eso otro me resultaría imposible. Así que centrémonos en mejorar este, y darle además un cambio de look en cuanto pueda, subir más capítulos y no sé, ya veremos qué ocurre.
No me entretengo más, ni os interrumpo la lectura. ¡Disfrutad y opinar! Espero estar aquí con otro en pocos días, a ver si esta vez se cumple mi expectativa.
***
Las puertas se abren por
completo, un grupo de personas miran fijamente al chico. Distintas edades,
distintos trajes, distintas miradas. Ojos abiertos de sorpresa y fascinación,
ojos entreabiertos de admiración, incredibilidad se podría llegar a leer en
alguno de ellos. Pero hay más, hay mucho más, compasión, tristeza, desolación.
Un millar de sentimientos, pero uno que destaca ante los demás. Solo hay un par
de ojos que brillan llenos de orgullo, llenos de alegría, llenos de
satisfacción. Son los ojos de un hombre de mediana edad, fuerte, con un pelo
rubio y una barba reconocible, con una sonrisa sincera. Sus rasgos marcados,
por el duro paso de los años y las experiencias vividas. Su mueca de siempre,
entre seria y a la vez risueña. Camina hacia el chico, con paso firme y decidido, mientras los demás permanecen
parados, incluido el joven, quien estudia los rostros de las personas que se
hallan en aquella gran sala blanca. Llena de aparatos, mesas con papeles, gente
estresada, comunicadores, ningún lujo exceptuando el de los asientos. Es una
sala llena de tecnología, por lo que se puede deducir que se encuentra ante una
de las salas de comando, o también conocidas como salas de operaciones.
Despega su vista de aquel hombre
por un momento, para fijarse en los detalles prácticos. Sin lujos, como ya
había observado, tan solo objetos científicos y de utilidad, que le llevaban a
pensar en la erudición de los hombres del capitolio. Aquella inteligencia que
se usaba a diario para mejorar la Arena, en vez la vida de las personas. Aunque
ha de suponer que gracias a aquellos avances, tan solo observaba un cuerpo algo
marchito, y no una infinidad de heridas, cicatrices y marcas irreconocibles.
Agradecido o cabreado, decide pensar que
la inteligencia es tan solo una herramienta más, su uso conllevará beneficios
para la población o su inminente sufrimiento, como sus últimos días. Darle
vueltas no iba a cambiar nada, ni a nadie.
Vuelve a la realidad. Mirada
perdida tras abstraerse por un instante entre sus pensamientos. La fija de
nuevo en él. El hombre finalmente llega hasta donde se encuentra, Finnick mira
sus ojos con una mueca de seriedad. El hombre se sitúa en frente, sin moverse,
sin decir nada. Nadie de los de alrededor dice nada, ni se mueve tampoco. Se
respiran emociones distintas en el ambiente, pero casi se puede sentir la
tensión y el respeto, a la vez que el agradecimiento.
Una carcajada estalla en mitad de
tal ensordecedor silencio. Una carcajada llena de alivio, de dulzura, e
incluso, podría llegar a rozar la locura. Nadie más en la sala se ríe, nadie
actúa. Absolutamente ninguno de los presentes sabe cómo actuar ante la
situación. Algunos se recolocan las gafas para verificar que lo que ven es
cierto, otros se muerden el labio ante la impotencia, aprietan nerviosos los
papeles que sostenían o mueven las manos continuamente, hasta que acaban metiéndolas
en los bolsillos de su bata blanca para que no se les note. Sienten miedo, de
que cualquiera de sus actos, ya sean risa o llanto, puedan afectar al chico de
una forma inesperada, al igual que incomodez por tener que mantener la calma en
tal momento. Tras unos segundos el chico sonríe, abiertamente. Haymitch
continúa riendo, y a su vez da un abrazo al joven, apretándole fuertemente,
sintiendo que es tan real como él mismo.
-Al fin, muchacho, al fin estás
de nuevo con nosotros.
-Haymitch, diría que el estrés de
estar al mando ha hecho que adelgaces, seguro que Katniss está contenta de que
hayas perdido un par de kilos, amigo mío.
-Tú también estás más delgado,
aunque mucho más fuerte. Por las barbas de Snow, ni que no tuvieses suficiente
con esa cara que heredaste de tu padre. Las chicas van a rifarte cuando vuelvas
a la capital.
Las diferentes personas de la
sala suspiran aliviadas entre las risas de ambos. Es agradable ver que el joven
de ojos de mar no ha perdido de todo la esencia que tanto le caracterizaba.
Algunos de los presentes se dan cuenta de que observar no ayuda, así que
vuelven a sus planos, sus aparatos, sus teléfonos. Tan solo algunos se quedan
mirándoles. El resto les ignora, actuando rápido, el estrés vuelve a fluir por
toda la sala, que rebosa de un poco más de esperanza. Entre las risas vuelve la
seriedad, y salen palabras sinceras.
-Gracias Haymitch, no pensé que
fueseis a conseguirlo.
-Tenemos mucho de qué hablar
Finnick, pero antes de conocer a mi equipo y explicarte por todo lo que hemos
pasado los últimos días, apuesto a que hace mucho que no comes en condiciones.
-Me encantará compartir mesa
contigo, espero que no se me hayan olvidado los modales en este tiempo en el
que he estado… ausente.
-Estoy seguro de que no, chico.
Tu madre te enseñó bien.
Caminan despacio y se apoyan en
una de las mesas observando la ajetreada sala. Pasivos ante la multitud, donde
cada cual cumple una función. Hay una chica joven, de pelo ondulado recogido,
que está organizando unas ideas en una pizarra, llena de fórmulas que ninguno
comprende. A su lado, cinco hombres y mujeres de distintas edades comparten una
mesa, señalan la pizarra de la chica y anotan en sus cuadernos distintas ideas.
Uno de ellos se levanta y atraviesa la sala arrancando una de las hojas de su
cuaderno. Seguidamente se la entrega a un hombre algo más mayor, de pelo blanco
y rasgos poco definidos, unas gafas que se coloca nada más recibir el papel.
Arquea la ceja y hace una señal de aprobación, tras esto se dirige a dar unas
instrucciones a otra mesa diferente. En ella, todos comienzan a moverse,
buscando información en pantallas que flotan y salen de todas partes, lanzándose
unos a otros las mismas. Uno de ellos se levanta y realiza lo que parecen un
par de llamadas serias.
Podían quedarse eternamente
parados, observando como todos trabajaban individualmente pero acababan conectándose,
sin apenas darse cuenta. <<Es un gran equipo>>, susurró Haymitch.
Un susurro lleno de orgullo, esperanza y resonante en la cabeza de Finnick.
-Haymitch, necesito preguntarlo, el
aerodeslizador que se llevó a Amy, ¿era vuestro?
Por unos instantes la expresión
seria y el propio silencio, incitaron al chico a pensar en lo peor. Después de
todo lo ocurrido decide negarse a aceptar nada que no sepa, ausenta sus
pensamientos y se obliga a mantener la calma ante Haymitch. Respira
profundamente antes de mirarle a los ojos, para poder soportar su mirada hasta
recibir una respuesta, fuese o no la que buscaba.
-Finnick, acompáñame por favor.
La mano de Haymitch pasa por el
hombro del chico, empuja suavemente al muchacho y se dirige a la puerta con él.
Sus pasos son pausados y se mantiene serio durante el camino. No dice nada,
absolutamente nada, por lo que Finnick se teme lo peor. Quizás todas esas
esperanzas que vinieron de golpe no deberían haber venido, quizás el
aerodeslizador si que era de Cover y de ser así, Amy estaba muerta. Sí, muerta,
era la segunda vez que la perdía, y esta vez seguramente fuese definitiva. Nota
algo en su interior, no es dolor, no sabe explicar bien que es. Si le pidiesen
que describiese ese momento con palabras le resultaría imposible, porque hay
palabras que faltan al lenguaje de los sentimientos. Esta vez Finnick tenía
otra mirada, no era melancolía, ni sufrimiento, ni tristeza, era abandono. Tan
solo, abandono.
Recorren los pasillos en
silencio, y el camino se hace aún más largo en cada paso. Al fin, llegan a una
habitación aislada. Haymitch introduce un código que Finnick no se molesta en
ver e introduce una tarjeta que lleva en el cinturón junto a una pistola. No
sabe que va a encontrar al otro lado de la puerta, pero tampoco espera nada. No
sabe que esperar ahora.
Nooo joder, no los dejes ahi, has vuelto! En hora buena
ResponderEliminarMe encanta, espero que publiques el siguiente capítulo pronto <3
ResponderEliminarMe alegra ver que sigues activa y tras este capitulazo solo puedo decir una cosa, puedes hacer más pausas así mientras que cada vez que vuelvas nos dejes una de tus maravillas *-*
ResponderEliminarJoder chica tu me quieres matar!!!!
ResponderEliminarPero aun asi te adoro. Okay, eso se escucho un poco masoquista.
El punto es que ay dios te extrañe tanto <3
Dios!! Te he echado demasiadooooo de menos. Y ahora vuelves y menuda vuelta!!! Impresionante. Esperemos que lo que hay detrás de esa puerta sea Amy y por supuesto el pequeňo Gale. Espero ansiosa el siguiente capítulo! Saludos
ResponderEliminarHacía mucho que no veía que publicaras algo, y lo que has escrito está genial, te hemos echado de menos, de verdad, espero que sigas pronto con esto, me dejaste con muchas dudas. Está genial, sigue así :)
ResponderEliminarOye cuando pondras el siguiente capitulo, por favor que sea pronto
ResponderEliminarHola Andrea, please continua escribiendo!! apenas ayer en la noche descubrí tu hermoso blog y ya he leído todo!!! no puedes parar!!! esperamos pronto leerte!
ResponderEliminarMe encanta, has conseguido engancharme en dos días me he leído toda la historia,sigue así dando rienda suelta a tu imaginación porque gracias a tí consigies llevarme a ese mundo de fantasía, sinceramente gracias,sigue por favor, un saludo.����������
ResponderEliminarPorfavor síguela😢😢😢😢😢😢😢😢
ResponderEliminarPorfavor síguela😢😢😢😢😢😢😢😢
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